Que hay que releer la traducción cuando la terminamos es vital. Que hay que tener el corrector activado o pasarlo después, también. Que cuatro ojos ven más que dos es de sobra conocido. Sin embargo, siempre se nos escapa un gazapo o acabamos en las garras de Titivillus.
Por si no lo conocéis, Titivillus era un demonio que trabajaba bajo las órdenes de Lucifer y se le atribuían los errores en el trabajo de los escribas: ortográficos, gramaticales, de redacción, etc.
¿La solución para que Titivillus no nos la dé con queso? Releer, releer y releer antes de enviar el texto. Como ya he dicho en alguna ocasión, hay que dudar de todo por principio: de la colocación correcta de una coma, de lo que puedas creer que es un anglicismo, de la posición adecuada de las palabras dentro de una frase, etc.
Si no tenemos la opción del comodín del compañero, va bien imprimir el texto (no sé en el caso de los nativos digitales, pero yo reviso mejor los textos impresos) y tener claros los posibles errores que podemos cometer (sé en qué cosas fallo normalmente). No caigamos en la soberbia del traductor como conocedor absoluto de la lengua. Es mejor dudar de todo por sistema y revisar. Si no dudamos de nosotros mismos podemos meter la pata… hasta el corvejón.
Para esto es útil tener una lista de elementos esenciales (para antes de empezar) y de sospechosos habituales (para revisar a posteriori), como ya comenté en el primer artículo de consejos para traductores. Preparar bien el texto asegura un trabajo más fácil y una mejor revisión posterior.
Algunos trucos antes de empezar o mientras se trabaja:
- Escribid siempre con la función «Mostrar todo» habilitada, te permitirá evitar la mayoría de errores de formato. Se activa pulsando el calderón (¶).
- Memorizad los atajos de teclado más útiles. Podéis incluso configurar el teclado para asignar números sencillos a ciertos símbolos frecuentes.
- Automatizad las palabras que siempre (o casi siempre) escribimos mal. Me pasa con «tambine» o «entocnes», por ejemplo. Si sabéis con qué palabras fallais más, utilizad el autocorrector para memorizar estas formas erróneas y que las cambie automáticamente por la forma correcta.
- Controlad el uso de las comillas. La secuencia es la siguiente: «…“…‘…’…”…».
También, aunque parezca una obviedad, aseguraos de tener controlado todo lo que hay que traducir: ¿La presentación en Powerpoint lleva notas? ¿Te has fijado en todas las pestañas del Excel y las columnas escondidas? ¿El Word lleva notas al pie?
Trucos para después:
- Buscad y reemplazad los dobles espacios por uno solo.
- Aseguraos de haber escrito bien las cifras y los espacios antes de símbolos como el %.
- En traducción editorial, sed coherentes con los nombres de los personajes y que el autocorrector no haga de las suyas. Para eso va bien guardarlos en el diccionario de Word.
- Comprobad que el uso de la raya en los diálogos sea correcto.
También relacionado con la revisión, va muy bien leer en voz alta lo que traducimos. Como no trabajamos con palabras sin contexto, cada texto tiene su ritmo y su música, y la mejor manera de comprobarlo es leerlo en voz alta. De este modo nos daremos cuenta de las expresiones cacofónicas y las repeticiones que tanto empobrecen el texto.
En cuanto a la repetición de vocabulario, gracias a Merche, de TraducirCo, descubrí hace nada Repetition Detector. Esta herramienta, disponible en varios idiomas, nos permite cazar las palabras que se repiten a lo largo del texto, ya sean formas totalmente coincidentes o bien de la misma familia léxica. Sin duda, todo un hallazgo.
ALGUNAS HERRAMIENTAS ÚTILES
Aunque parezca obvio, por lo que observo con algunos alumnos que he tenido en prácticas, es que falla algo tan básico como no pasar el corrector o fiarse a pie juntillas del que tenemos en Word. Una buena revisión necesita algo más.
Por supuesto, la mejor revisión y corrección es la que puede hacer otro profesional, pero en nuestro día a día no solemos tener esta opción, a menos que trabajemos en equipo o dispongamos de alguien que pueda revisar algún proyecto en especial. Después de traducir, y aunque haya alguien que corrija nuestro texto posteriormente, la relectura y primera revisión es cosa nuestra y parte de nuestro trabajo.
¿Qué recursos tenemos a nuestro alcance? Una de mis páginas preferidas es la de UniCo (La Unión de Correctores), no solo por su base de datos de profesionales, que también, sino por su página de recursos.
Como comentaba antes, además de pasar el corrector que viene por defecto en el procesador de texto, es bueno echar mano de otras herramientas. A mí me gusta mucho MyStilus porque es muy completa y nos permite seleccionar múltiples variables para repasar.
Con MyStilus puedes revisar tu texto de forma interactiva directamente desde su página o bien descargar el programa que funciona como un complemento o como macro en Word, de modo que puedes tenerlo completamente integrado en el procesador de textos.
Para mí, lo mejor de esta herramienta es que no se limita a la corrección ortográfica y gramatical, sino que se puede corregir también el estilo e incluye las recomendaciones de la RAE y la Fundéu. Aquí tenéis un ejemplo de revisión de estilo con esta herramienta como complemento para Microsoft Word:
Podéis encontrar más información sobre cómo funciona en este documento. Como complemento simpático, añado que en su web también hay un presupuestador para calcular el precio de un texto, amén de otras aplicaciones útiles como un diccionario inverso, un analizador morfosintáctico y un conjugador verbal.
Otras páginas interesantes son las que podemos encontrar en el sitio web de Lenguaje.com, sobre todo el corrector ortográfico y el de voseo.
También tenemos Language Tool, una herramienta de código abierto que permite verificar la gramática, ortografía y el estilo de un texto. Se puede utilizar desde la misma página o bien descargarla gratuitamente. Además de castellano, permite revisar textos escritos en más de 20 idiomas.
Para resolver dudas puntuales:
Si en el momento de traducir, y no solo de revisar, nos asalta alguna duda, podemos consultar las direcciones siguientes:
- Fundéu (Fundación del español urgente): http://www.fundeu.es/Consultas.aspx?frmOpcion=LISTA_CONSULTAS&frmFontSize=2
- Libro de estilo de El País (pdf):http://blogs.elpais.com/files/manual-de-estilo-de-el-pa%C3%ADs.pdf
- Libro de estilo interinstitucional de la Unión Europea: http://publications.europa.eu/code/es/es-000100.htm
- Vademécum del español urgente: http://www.fundeu.es/esurgente/lenguaes/
Recursos en otros idiomas:
Por si alguna vez necesitáis revisar en algún otro idioma, os dejo estos enlaces.
- Softcatalà (catalán): https://www.softcatala.org/corrector
- Recursos en línea de la Universidad de Vigo (gallego): http://webs.uvigo.es/sli/recursos.html
- Reverso (inglés y francés): http://www.reverso.net/ortografia/corrector-ingles
- Corrector ortográfico en varios idiomas: http://www.correctorortografico.com/
Por último, pero no menos importante, recordad que hay vida más allá de los recursos online para resolver dudas y revisar traducciones. Como alguna vez he comentado, especialmente en los dos artículos sobre lecturas para el traductor —primera y segunda parte (de momento)—, hay muchas obras no digitalizadas que son de consulta obligada, como por ejemplo:
- Manual de estilo de la lengua española (MELE), de José Martínez de Sousa [Reseña en Panacea].
- Diccionario de usos y dudas del español actual, de José Martínez de Sousa.
- Ortografía y ortotipografía del español actual (OOTEA), de José Martínez de Sousa.
- Nuevo diccionario de dudas y dificultades de la lengua española, de Manuel Seco.
¿Y vosotros cómo revisáis? ¿Tenéis algún truco o recurso infalible? No dudéis en dejarlo en los comentarios.
Hasta la próxima :-)
