Pocas veces tienes contacto con los lectores de lo que traduces y cuando se da esta oportunidad, hay que aprovecharla. Así sucedió en noviembre de este año en las Jornadas Ándalus Románticas 2015 que tuvieron lugar en Málaga. Dos días de charlas y mesas redondas relacionadas con el género romántico y erótico al que me invitaron, junto a otros tres traductores, para hablar de la traducción de este tipo de novelas.
Denostado como pocos, el género romántico y erótico tiene una legión de fans muy fiel y muy crítica con el producto. Debo reconocer que en un primer momento el encuentro me daba respeto. Al principio de traducir novela romántica, que por aquel entonces era sobre todo histórica (con todas las dificultades terminológicas que eso implica), recuerdo descubrir un blog famoso, Autoras en la sombra, en el que había un apartado en el que ponían bastante a caldo a algunas traducciones y traductores.
Son lectores con contacto muy directo con las editoriales y con bastante poder de decisión, amén de bastante exigentes, cosa que en un principio no me parece mal, ojo. Lo mejor de este encuentro, al menos para mí, fue que estos lectores supieran qué supone traducir exactamente, a qué dificultades nos enfrentamos y que vieran que somos un eslabón más en la creación de un libro. Y parece ser que gustó.

Crítica de la mesa redonda en la revista Románticas (http://issuu.com/romanticasmagazzine/docs/romanticas_-_039)
LA MESA REDONDA
Los traductores que estuvimos en la mesa venimos de contextos muy dispares y tenemos experiencias (traductológicas) de todo tipo. Yuliss M. Priego, traductora de la trilogía «Sin aliento», ha empezado no hace mucho en el mundo de la traducción tras acabar el máster de traducción editorial de la Universidad de Málaga y conoce el género como pocas ya que es una gran fan de las novelas románticas. Juan Pascual, traductor de «Confesiones de una sumisa» y la serie «Los ángeles sangrientos», entre muchos otros libros, ha traducido de todo, especialmente novela fantástica, pero también tiene una dilatada experiencia, no pun intended, en el género erótico. Puerto Barruetabeña es la traductora de uno de los libros de «50 sombras de Grey», pero ha traducido muchísimos más y ha tocado muchos palos, como la novela negra. De hecho, si queréis conocerla más a fondo, os recomiendo la entrevista que le hicieron en Nóvalo.


Y a mí ya me conocéis, así que tampoco me voy a extender ahora. Lo curioso es que comparto muchas experiencias con Juan y Puerto; a los tres nos llegaron los primeros encargos de novela romántica y erótica por casualidad y hemos terminado casi especializándonos. Al final si el editor ve que trabajas bien y te sientes cómodo con lo que te traduces, es normal que acabe enviando novelas de un mismo estilo.
El vídeo con la presentación:
Aquí tenéis al completo el audio de la mesa redonda:
LA VISIÓN DE LOS LECTORES
Como comentaba, tuvimos la suerte de hablar con los lectores directamente, no solo durante la mesa redonda sino también a lo largo del día. Y si tener a los lectores del texto en mente cuando traducimos es esencial, hablar con ellos es una buena oportunidad de ver cómo reciben estas novelas y qué opinan ellos de la traducción.
Así pues, os dejo una entrevista a tres lectores con perfiles distintos, pero experiencias similares: Carmen Cano, bloguera y lectora apasionada; Carla Crespo, traductora, lectora y escritora de novela romántica, y Cosmin Stircescu, lector, bloguero y escritor.
- Cuéntame un poco sobre ti y tu blog o tu carrera literaria. Cuándo empezaste, qué te motivó…
CARMEN: En primer lugar, gracias por pensar en mí para la entrevista. Me licencié en Historia del Arte y también en Ciencias de la Documentación. Siempre tuve preferencia por las letras puras así que los libros han formado parte de mi vida desde que tengo uso de razón. Empecé leyendo novela histórica y fantasía épica, pero cuando estaba en la universidad descubrí la novela romántica y desde entonces leo mayormente este género en todas sus variantes.
Al principio subía reseñas a un foro, pero decidí abrirme el blog, Libros escondidos, como un modo de recopilar todas las reseñas que hacía y también para realizar además de reseñas otro tipo de contenido. El blog tiene ya unos seis años y desde entonces acumula unas 200 reseñas aproximadamente. Me motiva reseñar para expresar lo que me ha parecido una novela, pero sobre todo pienso que una buena reseña puede ayudar a un lector indeciso. O también una buena reseña constructiva puede ayudar a dar a conocer una novela que no tiene mucho público o a desmitificar novelas que pueden estar sobrevaloradas.
CARLA: Siempre me ha gustado leer y escribir, de hecho, estudié Traducción e Interpretación porque quería convertirme en traductora literaria, pero no fue hasta hace unos años que me lancé a escribir mi primera novela. Me apunté a los cursos de José de la Rosa como hobby y, a partir de ahí, empecé a tomármelo en serio: terminé mi primera historia, «No reclames al amor», la envié al I Premio HQÑ y, aunque no gané, la publicaron. Desde entonces he publicado cuatro novelas, todas con Harlequin.
COSMIN: Bueno yo nací en Rumanía, pero vivo en España desde el 2003. Tengo 25 años, me encanta el cine, el deporte y disfruto muchísimo con la literatura, sobre todo la fantasía épica, ciencia ficción y la novela histórica. Llevo escribiendo desde muy joven. El año pasado publiqué mi primera novela, «Leyendas de Erodhar 01. La Vara de Argoroth», que es una novela de fantasía épica medieval, la primera de una saga de un total de 5 libros; y este año salió a la venta mi segunda novela, una de ciencia ficción con toques distópicos, denominada «Orfus: el ocaso de los Or´Uka».
En cuanto a mi blog, La Forja de Leyendas, surgió para tener un espacio de encuentro con los lectores y compañeros de letras, donde poder publicar todo lo relacionado con mis novelas, proyectos literarios, firmas, presentaciones, talleres, artículos de opinión y breves entradas con información adicional sobre determinados personajes e historias de mis novelas. Al ser Erodhar un mundo de fantasía que he creado desde cero, tiene una complejidad y un trasfondo que es imposible abarcar de manera detallada en las novelas, así que el blog es una buena manera de desarrollar mediante apéndices, artículos, ensayos, etc., todos esos elementos que pueden ser de interés para los muy fans a los que les gusta conocer todo con detalle.
- Como lector del género romántico y erótico, ¿qué valoras más en una novela de este tipo?
CARMEN: Valoro sobre todo la trama, que sea coherente, que esté bien construida, que no haya incoherencias sobre por ejemplo la edad de los personajes. También valoro la personalidad de los personajes: que no sean planos y que muestren una evolución. Sobre todo, que sean novelas con una trama original no tanto en lo que cuentan sino en cómo tratan el argumento y cómo están contadas. Dependiendo del género, también valoro el lenguaje empleado, no es lo mismo el lenguaje en una novela histórica que en una contemporánea. En cuanto al final feliz, no importa tanto como el camino para llegar a él. Siempre he pensado que lo importante no es el final sino el desarrollo de la novela, el desarrollo de los personajes, los conflictos que haya entre ellos. Estos detalles enriquecen las novelas y hacen que no sean aburridas ni tediosas.
CARLA: Yo no me considero lectora de romántica (aunque sí autora :P), leo de todo, aunque la romántica es uno de mis géneros favoritos. Lo que yo más valoro en cualquier novela (de este u otro tipo) es que tenga calidad literaria, una trama original y unos personajes que enganchen. Creo que todo es igual de importante a la hora de valorar una obra.
Lo que yo más valoro en cualquier novela (de este u otro tipo) es que tenga calidad literaria, una trama original y unos personajes que enganchen.
COSMIN: Bueno yo no he leído novelas románticas o eróticas puras, al menos hasta ahora. Mi género ha sido el fantástico, después la ciencia ficción y me gusta mucho las novelas históricas; no obstante, considero que tanto lo romántico como lo erótico debe formar parte de una buena historia, así que estoy muy a favor de la mezcla de géneros. Por eso en mi novela de fantasía se juntan varios géneros, de modo que no todo son guerras de espadas, orcos, elfos y enanos, sino que también hay intriga, hay historias de amor, hay escenas de sexo, hay escenas de misterio, de aventura…
- ¿Sueles prestar atención a quién ha traducido el libro o a la traducción en sí?
CARMEN: La verdad es que no. No le presto una atención excesiva, quizás porque siempre he leído en castellano y como no leo apenas en inglés pues no puedo comparar si el trabajo del traductor está bien o mal hecho. Sé que la mayoría de las novelas que he leído son de autoras anglosajonas, pero no he leído sus originales así que no puedo decir que las novelas que he leído hayan estado mal traducidas. No soy una lectora que se fije en quien ha traducido la novela. Conozco a lectoras que sí, porque tienen más preferencia por un traductor que por otro, pero no es mi caso; quizás porque nunca me he puesto a comparar si la traducción es fiel o no al original.
En las JAR de Málaga de 2015, dije que era una ignorante en este tema de la traducción y en mis reseñas prefiero no opinar sobre este tema porque no queda bien opinar de un tema que desconozco. Es más, fue en Málaga donde puse cara a traductores que había leído pero que no era consciente de ello. Los había leído porque habían traducido novelas anglosajonas que me gustan, pero la verdad es que no los conocía de nada. Quizás suene fatal, pero cuando busco novedades para leer dentro del género romántico, me fijo más en el nombre de la autora, en la sinopsis y en la portada que en el nombre de la persona que traduce la novela.
CARLA: Sí, pero claro, es deformación profesional. Soy de las que voy leyendo un texto y piensa «si aquí pone esto es porque en el original pondría…» o cosas así.
Le doy mucha importancia a una buena traducción y algunas de mis novelas favoritas las tengo en el idioma original y en un par de ediciones con diferentes traducciones. Por ejemplo, tengo una edición de Jane Eyre traducida por Carmen Martín Gaite que guardo como un tesoro.
COSMIN: Lo cierto es que no suelo fijarme quién ha traducido el libro y tampoco me pongo a comparar la versión inglesa con la versión en castellano para ver si está bien o no. En mi opinión, si la editorial ha decidido apostar por un determinado traductor para traducir una obra, es que tienen razones para hacerlo y ese profesional ha hecho méritos para ello.
En mi opinión, si la editorial ha decidido apostar por un determinado traductor para traducir una obra, es que tienen razones para hacerlo y ese profesional ha hecho méritos para ello.
- Se suele decir que las lectoras de romántica pueden ser muy críticas con las traducciones. ¿Es cierto? ¿Tienes alguna anécdota o comentario al respecto?
CARMEN: Sí, es totalmente cierto. Sucede con muchas lectoras, y algunas blogueras que leen más en inglés que en castellano. Debido a esto, cuando la novela en cuestión que se han leído en inglés la traen a España, suelen compararla con el texto original y suelen comentar en redes sociales el resultado. Como he dicho anteriormente no es mi caso. Leo en inglés, ahora más que antes, pero sigo leyendo más en castellano.
Una anécdota sobre este tema fue cuando llego a España «Cada vez que llueve» de Lisa de Jong, una novela new adult que esta traducida por una lectora y traductora que conozco. Tenía muchas ganas de leerla, leí reseñas en Goodreads y allí vi que ciertas lectoras la criticaban no porque la novela fuera mala, sino porque había partes de la traducción que no gustaron. Llegaron a decirme que mejor leyera la novela en inglés porque la traducción era pésima.
Lo mismo sucedió con «Calle Londres» de Samantha Young, donde también comenté en redes sociales que me llamaba la atención y me hicieron la misma recomendación acusando al traductor de un mal trabajo, así como de que se había comido párrafos enteros y que eso desvirtuaba la lectura. Fue en estos dos casos cuándo me movió la curiosidad y busque quien era el traductor, además de buscar comentarios de otros lectores y blogueros para ver otras opiniones.
He de decir que en el caso de «Calle Londres», sí que me pareció que había párrafos que faltaban o incluso que se habían comido palabras, pero me pregunté si era más cosa del corrector que del propio traductor. En el caso de «Cada vez que llueve» no entendí las críticas porque creo que estaba bastante bien y, desde mi ignorancia del texto original, no vi que hubiera ningún error garrafal que impidiera entender el texto. En ambas, disfruté bastante de la lectura.
CARLA: No creo que las lectoras de romántica sean más críticas con las traducciones que el resto, pienso que cualquier lector es crítico con una mala traducción. Quizás sea que muchas novelas románticas no se han traducido en las mejores condiciones (traductores inexpertos, plazos de entrega muy cortos, etc.) y eso ha generado quejas entre las lectoras, no porque sean más críticas, sino porque les han llegado textos de peor calidad.
Quizás sea que muchas novelas románticas no se han traducido en las mejores condiciones (traductores inexpertos, plazos de entrega muy cortos, etc.) y eso ha generado quejas entre las lectoras.
COSMIN: Creo que los lectores en general quieren que las obras por las que pagan un dinero para poder leer, estén bien traducidas, bien corregidas, bien maquetadas, etc. En mi caso, como he dicho antes, confío en el trabajo de los profesionales y sé que, aunque puedan albergar errores, pues son humanos, en general no serán más que cosas puntuales.
- ¿Te has quejado alguna vez a una editorial por la mala calidad (¡o has alabado un buena!) de una traducción? ¿Suele hacerse?
CARMEN: No, no me he quejado nunca. Aunque debería escribir a alguna editorial para felicitar por el trabajo. Siempre tenemos tendencia a criticar lo malo y poner el grito en el cielo, pero nunca llamamos o nos comunicamos cuando la gente hace un buen trabajo. Debería corregir eso, porque los buenos trabajos también deben aplaudirse.
Quejarse suele hacerse mucho, pero no vía privado a una editorial. Los lectores románticos somos muy fieles, pero eso es un arma de doble filo, porque cuando algo no nos gusta lo aireamos mucho, pero por las redes sociales. Se condena a todos por igual, hacemos mucho ruido en las redes sociales, pero a veces pagan justos por pecadores. No creo que sea justo, pero creo a veces los lectores somos demasiado vehementes y criticamos sin saber y sin informarnos primero. Esto es algo que todos deberíamos corregir.
Siempre tenemos tendencia a criticar lo malo y poner el grito en el cielo, pero nunca llamamos o nos comunicamos cuando la gente hace un buen trabajo. Debería corregir eso, porque los buenos trabajos también deben aplaudirse.
CARLA: Yo no lo he hecho, pero creo que debe hacerse, igual que nos quejamos cuando se nos presta un mal servicio en cualquier otro ámbito o se devuelve algo que no está en las mejores condiciones. Es necesario para que las editoriales se conciencien de lo importante que es ofrecer una traducción de calidad y se terminen las tarifas abusivas, los plazos de entrega abusivos y esas condiciones que propician que no traduzcan esos textos las personas más cualificadas para ello.
Es necesario para que las editoriales se conciencien de lo importante que es ofrecer una traducción de calidad y se terminen las tarifas abusivas, los plazos de entrega abusivos y esas condiciones que propician que no traduzcan esos textos las personas más cualificadas para ello.
COSMIN: Yo no. Creo que sé el suficiente inglés para tener una conversación con otra persona, pero no como para poder opinar si una traducción, que más allá del traducir un texto requiere una adaptación al castellano, es buena o mala. Quizás tendría que toparme con algo muy grave, que la traducción cambie completamente el contexto y el sentido de una frase un párrafo o una página del idioma original, como para llegar a quejarme por ello. Por tanto, yo no me he quejado nunca.
En una de las intervenciones en la mesa redonda del JAR decían que el sexto libro de Harry Potter, si no recuerdo mal, en castellano perdía ese contexto oscuro que tenía en inglés. Eso fue algo con lo que yo no estuve de acuerdo, porque en mi opinión sí que se consiguió otorgar esa misma sensación que siente uno al leer la historia en el idioma original. Por tanto, como en todo, hay opiniones y opiniones.
- Estuviste en nuestra mesa redonda. Además de lo que comentamos, ¿conoces el trabajo de los traductores? ¿Qué te parece?
CARMEN: Sí, estuve en la mesa redonda, de hecho, fue una de las mesas que más disfruté. Creo que fue divertida, amena y donde todos los lectores aprendimos mucho. No sabía que conocía el trabajo de los traductores que acudían hasta que vi el programa y vi los trabajos que habían realizado. Es cierto que había leído novelas suyas, y que había escuchado hablar de alguno de los ponentes, pero como no me suelo fijar en los nombres de los traductores pues no les ponía cara.
De las novelas que puedo opinar, creo que el trabajo está bien hecho. No creo que las novelas estén mal traducidas. Creo que muchas veces se achaca a la traducción que la novela sea mala y muchos de los lectores no se dan cuenta de que, si la novela es mala, no es porque el traductor haga mal su trabajo, sino porque el texto original es malo. Si algo me quedo claro en la mesa redonda fue que los traductores no son correctores de estilo y que no pueden convertir un texto malo en el premio nobel. De hecho, doy fe de ello. De los trabajos de los ponentes, la única novela de la que había leído el original es «50 Sombras de Grey», por eso doy fe que el texto original no era bueno de ahí que el texto traducido sea igual. El texto en inglés me pareció repetitivo y pobre, así que nunca he podido criticar la traducción cuando de la novela original ya tengo esa opinión.
Creo que muchas veces se achaca a la traducción que la novela sea mala y muchos de los lectores no se dan cuenta de que, si la novela es mala, no es porque el traductor haga mal su trabajo, sino porque el texto original es malo.
CARLA: Como ya he comentado antes, yo estudié Traducción e Interpretación y durante unos años trabajé como traductora literaria (entre otras novelas, traduje «El lado bueno de las cosas»), por lo que ya conocía el mercado editorial antes de sumergirme en él como escritora.
La vida me ha llevado a trabajar en el departamento de RR. HH. de una compañía aérea, porque la vida del traductor autónomo a veces es muy incierta, pero en un futuro me gustaría poder dedicarme de lleno a la traducción y a la escritura y es algo que no descarto en absoluto, así que, si hay alguna editorial que me lee y está interesada, ¡que no dude en llamarme! ;)
COSMIN: Sé que es un trabajo muy difícil, que no basta con conocer los dos idiomas, hay que saber narrar, hay que saber adaptar, hay que saber dar el mismo sentido y mantener, en la medida de lo posible, el estilo original del escritor. Todo eso es muy difícil y creo que no todo el mundo puede hacerlo.
Yo he intentado, simplemente por curiosidad, meterme una vez en la piel del traductor, y me puse a traducir la primera página de mi novela (de español a inglés). Solo la primera. Tardé cerca de 8 horas hacerlo y el resultado fue algo bastante regular, lo cual me ha hecho darme cuenta de lo difícil y complejo que es este trabajo. Ya lo sabía, pero ahora lo sé todavía más, y por tanto tengo mucho respeto hacia los que se dedican a ello. Ya sea traducción inglés-castellano, como castellano-inglés, o ambas.
Sé que es un trabajo muy difícil, que no basta con conocer los dos idiomas, hay que saber narrar, hay que saber adaptar, hay que saber dar el mismo sentido y mantener, en la medida de lo posible, el estilo original del escritor.
- ¿Quieres apuntar algo más?
CARMEN: Apuntar como último comentario que los lectores de romántica somos muy críticos, pero muchas veces lo hacemos desde la ignorancia. Al menos es mi opinión. Creo que en general el mundo editorial es un gran desconocido. Es un negocio, una empresa como otra cualquiera, pero desconocemos su funcionamiento, su forma de trabajar y ese desconocimiento perjudica. Creo que muchas veces el mundo de la edición en general, y de la traducción en particular es un gran desconocido.
La mayoría de los lectores nos centramos en el producto final y no en el trabajo que lleva. Ese es el motivo de que se opine, a veces, sin saber. Por este motivo, a mí en particular, la mesa de traducción me pareció pertinente y muy enriquecedora. Aprendí mucho y me gustó debatir sobre este tema y conocer de primera mano cómo es el trabajo de los traductores y las dificultades que se encuentran a la hora de traducir la novela en inglés al castellano o a otro idioma peninsular. Gracias a ti por ofrecerme esta entrevista. Ha sido un placer.
Creo que en general el mundo editorial es un gran desconocido. Es un negocio, una empresa como otra cualquiera, pero desconocemos su funcionamiento, su forma de trabajar y ese desconocimiento perjudica.
CARLA: Para los que no me conozcáis, escribo romántica contemporánea y chick lit. En octubre salió en digital mi última historia «Un amor entre las dunas» y dio el salto al papel «Una chica de asfalto». Os animo a leerlas y a darme vuestra sincera opinión. Podéis seguirme a través de las redes sociales en facebook, twitter, instagram y el blog.
COSMIN: Pues la verdad es que una de las cosas que más me ha llamado la atención ha sido el hecho de que una traducción de español a inglés suele costar más que de inglés a español; en algunos casos mucho más. Entonces mi duda sobre esto es si el precio superior viene por el hecho de que es más difícil adaptar un texto narrado de español al inglés, o si es algo que pasa porque para un traductor es más fácil traducir y adaptar de un idioma extranjero a su idioma materno.
Y esto es todo por hoy. Espero que os haya gustado comprobar el otro lado del tapiz, cómo se nos ve y se nos lee. Gracias a los entrevistados por vuestro tiempo y suerte en vuestras andaduras.
