Hables con el profesional que hables, te contará su forma de trabajar para hacerle llegar el texto final al cliente lo mejor posible. No hay métodos infalibles, pero sí una regla de oro: revisar bien una traducción antes de entregarla.

No es la primera vez que hablo de revisión por aquí, puesto que ya abordé el tema en este artículo (con recursos fantásticos) y también hay consejos valiosos en este otro. Sin embargo, hoy vengo con una lista abreviada y directa al grano.
Este es mi camino:
Traducción (donde ocurre la magia). Para los encargos con Word, algunos trucos que van muy bien para ahorrarse trabajo después son los siguientes:
- Escribir siempre con la función «Mostrar todo» habilitada te permitirá evitar la mayoría de errores de formato. Se activa pulsando el calderón (¶).
- Memorizar los atajos de teclado más útiles. Puedes incluso configurar el teclado para asignar números sencillos a ciertos símbolos frecuentes.
- Automatizar las palabras que siempre (o casi siempre) escribimos mal. Me pasa con «tambine» o «entocnes», por ejemplo. Si sabéis con qué palabras falláis más, utilizad el autocorrector para memorizar estas formas erróneas y que las cambie automáticamente por la forma correcta. En literaria, te será muy útil asignar «atajos» para aquellos personajes con nombres largos o complicados (que escribas Sch y te lo cambie directamente a Schwarzenegger, por ejemplo).
- Controlar el uso de las comillas. La secuencia es la siguiente: «…“…‘…’…”…». Es más complicado retocarlo todo de un plumazo después.
Corrector de Word (básico). Eso sí, ojo con aceptar a ciegas porque puede ser que algún cambio no sea pertinente. Si trabajamos con alguna herramienta de traducción asistida, hay que usar la función de revisión también. La mayoría la llevan integrada ya, pero hay aplicaciones adicionales para hacer el control de calidad y corregir incoherencias, como Xbench.
Sugerencias de LanguageTool o mystilus: No está de más una segunda opinión para valorar si hay demasiados «pero» que podrían ser un «sin embargo», entre otros posibles cambios. Son aplicaciones ideales si las tienes integradas en el mismo Word.
Quitamanchas del Dr. Macro: Una macro fantástica para eliminar espacios dobles, colocar bien los espacios duros después de una cifra, etc.
Relectura: Hay cosas que solo puede captar el ojo humano y, sobre todo, el ojo entrenado del traductor y corrector. Y porque después de haber hecho algunos cambios, lo mejor es cerciorarse de que todo queda bien cohesionado.
¿Qué te parece? ¿Cuáles son tus pasos? ¿Me recomiendas alguna otra herramienta? ¡Hasta la próxima!