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Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (XVIII) Sara Castro, Brandon Queen y Carla Meli

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SARA CASTRO

Cuarto de carrera es el año de las dudas en todas las facultades de TeI. Así estaba yo, empezando el último año y sin saber muy bien qué hacer después de una experiencia agridulce con algunas asignaturas y las expectativas deprimentes del sector que nos pintaba algún docente cenizo.

Una de las profesoras que sí estaba al pie del cañón invitó a una exalumna a hablarnos de las salidas después de terminar la ardua época en la que nos encontrábamos. Os destripo el final: esa exalumna ahora es mi jefa y una de las personas de las que más he aprendido a lo largo de mi trayectoria.

Unos meses después de esa charla, ahí estaba yo, delante de un ordenador en una oficina del centro de Madrid, acompañada por tres profesionales del sector y tecleando mi primera traducción fuera de las aulas. Mi primer día de prácticas también fue mi primer día en el mundo de la traducción. Empecé a gestionar proyectos, a hacer presupuestos, a buscar clientes, a traducir textos diferentes a diario (algunos resueltos mejor que otros) y, lo más importante, descubrí mi especialidad: la traducción audiovisual.

Ahora, dos años después y terminando el Máster de Traducción Audiovisual de la UAB, hago encaje de bolillos para compaginar el trabajo en plantilla con otras prácticas profesionales, esta vez en localización de videojuegos, con otra gran maestra del sector.

Como dice mi madre, a nosotros no nos regalan nada, así que no hay que quedarse de brazos cruzados y, sobre todo, no debemos conformarnos con lo que nos dan masticado en las aulas. En mi facultad, la TAV era la gran ausente —¿qué es eso, se come?— y las prácticas tenías que buscártelas por tu cuenta, así que, si no hubiera tenido la iniciativa de buscar fuera, no habría llegado hasta aquí.

¡Sed inconformistas y luchad por lo que os apasiona, pequeños traductores!

*Podéis encontrar a Sara en Twitter y en LinkedIn.

BRANDON QUEEN
Tras una licenciatura en historia del arte y francés y algunos años trabajando como mercadotécnico, cursé un año de posgrado en traducción en una universidad puertorriqueña —un programa que no me satisfacía— para luego seguir en un posgrado de filología con cursos de lingüística y comunicación. Por cuestiones económicas e institucionales, no completé ningún grado a pesar de pasar tres años estudiando. 

Durante el primer año en traducción, pude trabajar en el departamento como traductor, más o menos como aprendiz haciendo prácticas. Durante mi segundo año de estudios, trabaje como instructor de inglés en un centro Berlitz.

Después de todo eso, volví a trabajar como oficinista en Estados Unidos y al mismo tiempo fui voluntario durante unos meses, impartiendo clases de inglés a inmigrantes en una biblioteca pública. Esto duró hasta el año pasado, cuando me dieron de baja de mi trabajo. Alrededor de 6 meses después de esto, hacía traducciones (como voluntario) para un medio ciudadano de Venezuela (Aporrea Internacional). 

En otoño del año pasado, hice un curso de TEFL en un centro gestionado por el gobierno de Australia, ubicado en Vietnam, y ahora vivo en Corea del Sur, donde soy instructor de inglés en un centro de idiomas para adultos. 

Lo de no completar la carrera no me despistó tanto, pero no pude hacer todo lo necesario para lanzarme como traductor profesional después de dejar la universidad. Aprender todo lo relacionado con el mercadeo en línea, buscar clientes, obtener las credenciales necesarias y los gastos implicados en todo lo anterior mientras trabajaba y vivía en Los Ángeles (de California, n.b.) me impidió avanzar en el gran proyecto de ser un traductor profesional. Simple y sencillamente, no tuve los cojones para luchar 🙂 

Mi historia no es una exitosa que se puede compartir para dar ánimo a otros traductores aspirantes, pero no me doy por vencido. Sigo con ganas de ejercer esta profesión en el futuro, aunque ya acepto que no es para mañana, ni siquiera para los próximos años, sino que tiene que ser una meta de largo plazo. No sé si todo esto te sirve, pero te agradezco por la oportunidad de contar mi historia.

CARLA MELI

Mi nombre es Carla, soy de Mendoza, Argentina, y me recibí de Traductora Pública en el año 2013. Realmente no fue nada fácil el comienzo, considero que tiene que ver con que mi generación busca el éxito rápido, fácil y de manera simple. Al ser buena estudiante y simplemente estudiar y obtener buenas calificaciones, pensé que todo funcionada así. Pues no, mi experiencia comenzó con algunas traducciones legales de conocidos y luego el boca en boca fue ayudando a que ese tipo de trabajos (ya sean contratos, títulos, analíticos, etc.) fuesen en aumento. Hoy, esas traducciones particulares forman parte de mis ahorros.

Por otro lado, decidí incursionar como PM en una agencia y siento que he aprendido y sigo aprendiendo mucho día a día. Algunas horas soy PM y otras trabajo como QM. A pesar de ser roles muy distintos, ambos de cierta manera ayudan a formarme y debo decir que al traducir y editar sigo aprendiendo todos los días (ya sea del tema o del idioma en cuestión). Lo que me gusta de nuestra profesión es que aprendes todos los días y considero que para ser bueno, debemos capacitarnos siempre. Si encuentras un área que disfrutes, pues es genial destacarse, perfeccionarse, aprender, siempre aprender…

En mi opinión, tenemos una profesión donde hay que ir a buscar al cliente, ofrecernos, vendernos, destacarnos. El cliente rara vez vendrá a nosotros (solo esos clientes del boca en boca que necesitan una traducción porque viajan). Para tener clientes rentables y fijos creo que debemos empezar por dedicar horas y horas de búsqueda y paciencia. Vivimos en un mundo globalizado y si nos sentamos frente a una computadora a buscar, algo encontraremos.

Vuelvo al punto de partida: no esperemos que el primer cliente sea el mejor, aprovechemos para aprender, alimentemos nuestras ideas con nuestros colegas, estemos atentos a lo que pasa alrededor. Ese es mi consejo. Soy una persona bastante conservadora y hoy me siento bien trabajando contratada. No descarto en un futuro sumergirme a pleno en la vida autónoma y disfrutar de nuestra profesión desde otra perspectiva, donde seguramente deba enfrentar desafíos, pero a fin de cuentas, estamos capacitados y debemos explotar nuestras habilidades de resolución de problemas.

*Podéis poneros en contacto con Carla por Skype y en LinkedIn.

***

Abrirse camino no es fácil, como hemos ido viendo todas estas semanas. También hemos visto que no hay una única manera de llegar. Hay quien se busca las castañas nada más terminar el grado; otros empiezan con un máster o un posgrado. Otros ven la luz gracias a las prácticas profesionales.

Sea como sea, cada historia es personal e intransferible. Brandon, en este caso, sigue buscando su camino (de hecho, hasta se fue de Twitter hace un tiempo) impartiendo clases en varios países; Sara quizá no hubiera llegado donde está sin esa charla en su universidad; Carla empezó a traducir para su círculo más cercano y acabó en plantilla. Traducir es aprender, es esforzarse, es especializarse, pero sobre todo es buscar, porque no todas las oportunidades vienen solas.

¡Hasta la próxima!


Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (XIX)

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Con esta primera entrada de 2020 despedimos la serie de artículos de recién graduados o, por lo menos, su publicación regular. Como sabéis, el blog siempre está abierto a colaboraciones si queréis hablar de vuestra experiencia o dar vuestras opiniones.

En esta ocasión, Enya Fernández y Celia M. Duro nos cuentan brevemente su vida después del grado.

ENYA FERNÁNDEZ

He de decir que cuento con muy poca experiencia porque me gradué en 2018. A pesar de esto, cuando terminé tercero de carrera, hice unas prácticas extracurriculares de traducción técnica en una compañía danesa dedicada a la fabricación, venta, instalación y mantenimiento de aerogeneradores. Cuando terminé las prácticas, decidieron contratarme y estuve durante un año y medio aproximadamente trabajando con ellos como traductora en plantilla. Esta experiencia me sirvió, además de para conocer los entresijos de la traducción técnica, para darme cuenta de que no quiero trabajar en plantilla, ya no solo por el tema de las tarifas sino por la poca independencia que tienes: estás ceñida a horarios, tienes que desplazarte, etc. Por esto, he decidido hacerme autónoma.

Actualmente me encuentro lidiando con los «problemas» del principiante: encontrar clientes, pasar pruebas de traducción, conseguir encargos en agencias, etc. En definitiva, estoy intentando hacerme un hueco en el mercado.

*Podéis escribirle un correo. Y si queréis conocerla un poco más, participó en una charla #TFTRAD con Trágora: https://www.tragoraformacion.com/traduccion-agroalimentaria/.

CELIA M. DURO

Cuando terminé la carrera y tuve que plantearme qué hacer, el máster ya no era una opción porque me había quedado una asignatura para septiembre y no iba a conseguir entrar en el que quería. Tampoco me veía preparada para empezar a buscar clientes y darme de alta como autónoma, así que me quedaba la opción de trabajar por cuenta ajena.

Ni siquiera había presentado el TFG cuando, por casualidades de la vida, encontré una beca para una agencia de comunicación en la que pedían redactar un post. Me animé pensando que no iba a llegar a ninguna parte y porque siempre me ha gustado escribir.

Era una especie de concurso en el que el premio era un contrato de 6 meses y así fue cómo empecé a trabajar en el mundo de la comunicación. Estos primeros meses, seguidos de un contrato de otros 6 más, me ayudaron a ampliar mis servicios y a especializarme casi sin quererlo. Aprendí a redactar contenido web y el famoso copywriting, a saber qué es el SEO, a programar y a gestionar redes sociales y, por supuesto, a traducir y localizar páginas web. Después de esa experiencia pude empezar otras prácticas en una agencia de traducción que se especializa en marketing y localización web y creo que, gracias a la casualidad de aquel concurso, he ido definiendo mi carrera poco a poco.

Mi consejo a los que acaban de terminar la carrera es que no se cierren ninguna puerta, que el mundo de la traducción es mucho más amplio que traducir siendo autónomo o en una agencia de traducción y que nunca se sabe cómo te puede ayudar una experiencia distinta en el futuro. También les diría que no pasa nada por no empezar traduciendo desde el principio. Poco a poco, con paciencia, llegará.

*Su perfil de LinkedIn es este: https://www.linkedin.com/in/celia-martinez-duro/.

***

Como sabéis, a lo largo de toda esta serie he querido dar mi opinión o comentar algo sobre los testimonios que me parecía importante. Hoy me voy a detener en esta frase de Celia: «No pasa nada por no empezar traduciendo desde el principio». No digo que sea un caso generalizado porque, por lo que veo en los estudiantes que he tenido en prácticas, los recién graduados trabajan en varias cosas: desde hacer de canguro a poner copas pasando por impartir clases particulares.

Por favor, que esto se os quede grabado a fuego: no es ninguna derrota no empezar a traducir al acabar el grado. En serio. Cualquier cosa que hagáis os dará experiencia y será un colchoncito para ir buscando clientes con relativa tranquilidad. Que no os dé miedo aceptar un trabajo a media jornada con contrato, por ejemplo, porque se puede compatibilizar con la traducción autónoma. Yo empecé a impartir clases de inglés poco antes de terminar la carrera (con contrato) y las traducciones llegaron un poco después (como autónoma también). Ambas actividades pueden hacerse de forma legal y no son incompatibles. Eso sí, tienes menos tiempo para traducir, pero poco a poco. Calma. Es normal querer ver los frutos del grado después de esos años de inversión, pero todo llega; que no os dé apuro ir haciendo otra cosa hasta que empezáis a traducir.

No avanzo gran cosa porque estoy preparando un artículo sobre el tema, pero no os lancéis a hacer lo que hace todo el mundo porque es «lo que toca». No os sintáis mal si no habéis hecho un Erasmus como fulanito; no tenéis por qué hacer un máster como menganita si no os apetece; no os comparéis con nadie, por favor. Cada uno se labra su camino como puede según sus circunstancias. En un momento importante de cambio como es el paso de la Universidad al mundo laboral, sentaos, pensad qué queréis hacer e id a por ello. Hay trabajo y muchos caminos para conseguirlo, pero no tengáis prisa. Tiempo al tiempo.

Y hasta aquí la serie y la entrada de hoy. Encontraréis todas las demás entradas tecleando «testimonios» en el buscador del blog. Como siempre, tenéis los comentarios y mi correo para lo que necesitéis. ¡Feliz semana!

Pinceladas del curso de traducción romántica y erótica

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Hoy empieza la tercera edición oficial del curso de traducción romántica y erótica con AulaSIC y me acabo de dar cuenta de que no había hablado de él por aquí. A veces parece que me cuesta vender(me). ¿También te pasa?

Bueno, pues voy a ponerle remedio. En la entrada de hoy te cuento qué incluye el curso y cómo funciona. Para empezar, el objetivo del curso es dar a conocer y practicar la traducción romántica y erótica en la combinación EN-ES. Pero no solo eso, además de descubrir la terminología, el tono y las demás cuestiones propias del género, también es una forma amena de conocer la traducción editorial. En el curso hacemos hincapié en el mercado específico de este tipo de traducciones y en las oportunidades para introducirse en él.

Veamos los módulos y materiales que integran el curso:

Módulo 1. Introducción a la traducción romántico-erótica. Los clásicos 

En este módulo comentamos algunas de las obras clásicas más relevantes del género erótico-romántico. También vemos aspectos prácticos de la traducción editorial como las técnicas de traducción aplicadas al formato de los diálogos o los errores más comunes en este género para empezar a traducir desde cero con solidez.

Material de soporte: 

  • Dosier con el temario
  • Apuntes sobre el formato de los diálogos
  • Apuntes sobre diferencias léxicas, morfológicas y de puntuación entre inglés y español
  • Compendio de errores comunes en traducción editorial
  • Muestra de traducción

Práctica: Traducción de dos textos clásicos.

Módulo 2. La novela romántica en la actualidad: histórica y moderna 

En este apartado profundizamos en los distintos géneros de la romántica, haciendo hincapié en los subgéneros más actuales, y vemos las estructuras, tópicos y líneas narrativas más habituales que nos ayudan a entender mejor el contexto de cada historia.

Material de soporte: 

  • Dosier con géneros y subgéneros
  • Comparativa de traducciones
  • Glosario

Prácticas: Traducción de dos textos de novela romántica (histórico y actual).

Módulo 3. La novela erótica y coqueteos con el BDSM

En este módulo descubrimos los entresijos de la novela erótica y vemos la gama de instrumental que podemos esperar en aquellas historias con BDSM. Además, vemos una pincelada de la traducción homoerótica con un fragmento actual.

Material de soporte: 

  • Dosier con teoría sobre las novela eróticas
  • Glosario con jerga sexual
  • Vocabulario erótico
  • Ejemplo de narrativa erótica en español

Prácticas: Traducción de tres fragmentos de novelas eróticas. 

Módulo 4. El mercado de la traducción romántico-erótica 

En este módulo hablamos de editoriales que publican el género, abarcando números y ventas. Vemos también cómo acceder a esta rama de la traducción y cómo se hace una propuesta editorial con su correspondiente informe de lectura.

Material de soporte: 

  • Capítulo completo e información de contexto para la práctica final
  • Modelos de informes de lectura

Sesión online conmigo para hablar del mercado editorial y responder a cualquier duda.

Práctica final: Traducción.

Aunque normalmente en los cursos de AulaSIC las prácticas son autocorregibles tras haber rellenado un cuestionario por módulo (que es parte de la nota final), en este curso reviso y comento todos y cada uno de los textos traducidos para que el alumno aprenda de las correcciones.

¿Qué más ofrece el curso? Hay un foro llamado tutoría en el que, además de cuestiones organizativas, también hablamos de temas relacionados con la traducción y luego hay un foro por módulo para debatir sobre los ejercicios o plantear dudas sobre el tema en cuestión. Evidentemente, tienes línea directa conmigo y, además de usar los foros, puedes preguntarme lo que necesites por privado.

¿Cuál es el perfil del alumno? Hasta ahora ha habido de todo, desde estudiantes de último curso de TeI, recién egresados y traductores de otras ramas y géneros. La única condición indispensable es saber usar bien los dos idiomas, el inglés y el castellano.

¿Cuánto tiempo dura? Normalmente se dispone de un mes para presentar todo. En la edición normal del curso, cada semana se abre un módulo para ir paso a paso, aunque no es necesario haber entregado las prácticas del módulo 1 para acceder al 2, por ejemplo. En la edición especial que aún está en curso durante este confinamiento por la COVID-19 (con ediciones que empiezan cada miércoles), tienes los cuatro módulos abiertos desde el principio y puedes organizarte como prefieras. Y lo mejor es que, en caso de ir con el tiempo justo, siempre puedes pedir una extensión, aunque normalmente hay margen suficiente.

Y eso sería más o menos todo. Si tienes alguna duda, puedes preguntarme a mí o acudir a AulaSIC, que a fin de cuentas es quien lo gestiona todo y se ocupa de precios, promociones y demás.

Si no nos vemos por el curso, ya sabes, ¡nos seguimos por las redes! Cuídate mucho. #StaySafe

Vídeos y pódcast de traducción para aprender y divertirte durante la cuarentena

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Seguimos a medio gas por la crisis de la COVID-19. Parece que está todo en el aire: algunas semanas entra mucho trabajo; otras, nada. Algunos compañeros van desbordados y otros no reciben encargos desde hace días. Algunos pagos se demoran y la incertidumbre se palpa en el ambiente.

En momentos así no sabes si empezar a buscar trabajo o aprovechar esta etapa tan rara para retocar el currículo y seguir formándote. Cualquier opción es buena. Decidas lo que decidas estará bien. Lo más importante —en mi humilde opinión— es no sobrecargarte con obligaciones, sobre todo las que te impones tú mismo. ¿Te apetece hacer un curso de traducción mientras andas mano sobre mano? Perfecto. ¿Quieres empezar ya a buscar clientes porque este momento de parón es ideal para hacer pruebas de traducción? Perfecto también. Que no te abrume y te pese no haber leído ya cinco libros al mes, haber hecho las 25 sentadillas al día o haber horneado ya los diez panes y cuatro bizcochos de rigor. Take it easy!

Pero en esta situación tan distópica que vivimos sí hay cosillas que podemos hacer para seguir formándonos como traductores y disfrutar al mismo tiempo y es que cada vez son más los compañeros que usan las redes para echar un cable a los demás y que suben vídeos y podcasts con pildoritas, entrevistas o debates acerca de la traducción. Así pues, de esto vamos a hablar hoy, aunque estoy convencida de que ya conocerás a la mayoría.

1. ATRAE

Aunque no va en ningún orden específico, empiezo con el canal de la asociación ATRAE, porque la iniciativa (de Mario Pérez, si no me equivoco) de reunir a varios compañeros y especialistas en varias cuestiones de la traducción audiovisual me parece fantástica.

Aquí tenéis el primer vídeo de la serie «Las quedadas de ATRAE» centrado en la traducción del humor, pero en su canal encontraréis muchas más entregas.

2. En Pantuflas

Marina y Paola llevan ya 105 episodios de su podcast En Pantuflas, en los que abarcan todo tipo de temas, pero siempre desde el humor y el salero que las caracteriza. Como ellas mismas describen en su página: «En Pantuflas es un podcast que buscar dar voz y valor a la profesión del traductor. En cada episodio, las conductoras Paola y Marina los llevarán a recorrer un camino diferente, reflexionar sobre cuestiones de la traducción, debatir sobre noticias de la industria y entrevistar a profesionales que son exitosos en lo que hacen y que tienen muchos consejos interesantes para compartir con traductores e intérpretes. Pero, además de informar, En Pantuflas busca entretener y permitirles a los traductores divertirse un rato y reírse de lo que hacemos que, muchas veces, nadie entiende como otro colega que está en la misma».

Tuve el placer de que me entrevistaran en el episodio 57 y me lo pasé fenomenal; hablamos de humor, redes y muchas cosas más.

Ah, ¡y no os perdáis sus karaokes!

3. Traducción jurídica

Los compañeros de Traducción jurídica, Ruth y Fernando, son de sobra conocidos en esta rama de la traducción y en su canal de YouTube suben vídeos sobre su especialidad, aunque también hay cabida para consejos sobre tarifas o sobre cómo empezar en traducción, como este:

Por cierto, el 28 y 29 de mayo organizan un taller sin coste: Cómo orientar tu carrera para vivir de la traducción (en el mundo post COVID-19) al que os podéis apuntar aquí: http://bit.ly/2WcOCCI.

4. The Translation Show

The Translation Show es un espacio de noticias, entrevistas, recursos y mucho más sobre traducción e interpretación conducido por Rafael López Sánchez y Damián Santilli. En el blog de Rafael, Jugando a traducir, encontrarás la declaración de intenciones del canal.

Barriendo para casa, os dejo como muestra la entrevista que me hicieron hace ya un tiempo.

5. Trágora Formación

Las compañeras de Trágora tienen canal propio en YouTube y en su serie #HangoutsTrágora podréis encontrar multitud de entrevistas a profesionales del sector. Gabriel Cabrera, su ínclito presentador, maneja con destreza todos los temas y entrevistados. En una ocasión hablé con Gabriel sobre traducción editorial, pero para no saturarte, te dejo con este vídeo en el que Xosé Castro habla de cómo aumentar nuestra cartera de clientes, algo que siempre viene bien.

También tienen otro tipo de vídeos: la serie #Asociatrad, sobre las distintas asociaciones de traductores, y #TFTRAD, en la que los recién egresados cuentan los entresijos de sus TFG. ¡Hay para todos los gustos!

6. Traduversia

Traduversia son Pablo Muñoz y Rafael López y ofrecen cursos de traducción desde su web, pero también tienen un canal en YouTube en el que podemos encontrar, sobre todo, vídeos prácticos sobre software de traducción. Además tienen un pódcast en el que tratan otras cuestiones, como este episodio en el que hablan de sus inicios en el mundo de la traducción, de por qué estudiaron Traducción e Interpretación y cómo encontraron su primera experiencia laboral.

7. El idioma del cine

Judit Jiménez Cuenca es El idioma del cine tanto en Twitter como en YouTube y sube periódicamente vídeos sobre películas, series y lanzamientos varios, pero también tiene vídeos relacionados con la profesión que podéis encontrar aquí.

En esta entrega, por ejemplo, varios compañeros hablan de cómo fue su primer encargo:

8. Laura Traducción

Por último, pero no por eso menos importante, está Laura López, que tiene un blog desde hace un tiempo y recientemente se ha lanzado a los vídeos en directo en su cuenta de Instagram, que luego sube a YouTube. Ahora mismo podéis encontrar entrevistas a Quico Rovira-Beleta y Pilar Ramírez Tello.

***

¿Qué os han parecido estos canales? ¿Ya los conocíais? ¿Me dejáis en comentarios otros que os gusten? ¡Hasta la próxima!

Cómo encontrar tu primer encargo de traducción y no desfallecer en el intento

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Vivimos un momento de cambio, la «nueva normalidad» ya está aquí y ha venido para quedarse. Si eres profesional en activo, puede que hayas recibido menos encargos y si acabas de graduarte en TeI, quizá te veas como pollo sin cabeza y no sepas por dónde empezar a buscar. Es muy normal y nos ha pasado a todos. De hecho, es una de las mayores preocupaciones cuando lanzo las sesiones de Preguntas frecuentes en mi cuenta de Instagram.

En este post recopilo algunos artículos que te pueden orientar un poco y, al final, tienes algunas direcciones y consejos básicos de interés. ¿Empezamos?

Reflexiones previas

En «Mamá, quiero ser traductor», Isabel García Cutillas te cuenta qué hay que hacer para empezar en traducción: http://eltraductorenlasombra.com/2015/05/27/mama-quiero-ser-traductor.

También te recomiendo su «12 secretos sobre los traductores autónomos» con las preguntas más frecuentes sobre la labor del traductor freelance: http://eltraductorenlasombra.com/2012/04/11/12-secretos-sobre-los-traductores-autonomos

¡Al lío!

En «A puerta fría. Encontrar trabajo “con la que está cayendo”» te propongo los pasos básicos para buscar (y encontrar) trabajo con consejos variados para el currículo, la carta de presentación, el uso de redes, etc.: https://enlalunadebabel.com/2013/04/30/a-puerta-fria-encontrar-trabajo-con-la-que-esta-cayendo.

En «Cómo conseguir un trabajo de traducción: da confianza», Pablo Muñoz Sánchez te ayuda a encontrar el tono adecuado para presentarte a los clientes: https://algomasquetraducir.com/como-conseguir-un-trabajo-de-traduccion-da-confianza.

En «Cómo buscar trabajo de traducción», Ricard Lozano te habla de sus métodos y consejos para abrirte paso: https://rlozano.com/vademecum/buscar-trabajo-traduccion.php.

En «¿Cómo obtener mi primer trabajo de traducción?», nos invitan a hacernos unas preguntas básicas para empezar a buscar: https://hablemosdetraducirydivertirnos.wordpress.com/2012/09/04/como-obtener-mi-primer-trabajo-de-traduccion.

En «How to Become a Freelancer & Keep Your Day Job», Jennifer Gregory se marca un manual del autónomo muy muy apañado que puede aplicarse a muchas otras ramas, no solo a la traducción: https://www.websiteplanet.com/blog/how-to-become-a-freelancer-keep-your-day-job/.

Trato con los clientes

En «El arte de tratar con los clientes: consejos y pautas de actuación» encontramos consejos para saber qué hacer cuando nos piden presupuesto y nos encargan una traducción. También aborda algunos problemas que podemos encontrarnos en el desempeño de nuestra actividad. Pero como nos recuerda también «todos estos consejos y pautas pueden reducirse a tres: cortesía, profesionalidad y sentido común». https://eltraductorenlasombra.com/2013/11/06/el-arte-de-tratar-con-los-clientes-consejos-y-pautas-de-actuacion.

Bonus track con consejos variados sobre la profesión

Hace un tiempo redacté un minimanual en tres entregas con consejos variados para nuestro desempeño profesional y los tienes aquí por apartados:

Además de estos artículos, te recomiendo seguir a traductores en Twitter, puesto que siempre comparten información que puede serte útil, además de la compañía y los ratitos de diversión que brindan. Por ejemplo, no puedes perderte este hilo de Elisa de la Torre o este de Mercedes Tabuyo, que, aunque está centrado en la corrección, aborda cuestiones que nos sirven como traductores.

Un momento…

«Esto está muy bien, pero ¿dónde encuentro yo el trabajo exactamente? ¡Una solución quiero!», puede que estés pensando. En alguno de los artículos ya se aborda esta cuestión, pero sé que es algo que inquieta. Como buen profesional autónomo deberás pensar qué clientes te interesan y por dónde quieres empezar a buscar. Es muy goloso apuntar primero a los estudios de doblaje si te va la TAV o a las editoriales si te decantas más por la traducción literaria, pero no descartes las agencias de traducción tanto españolas como internacionales o las plataformas de traducción.

Hazte una lista de agencias de traducción (busca en Google, en Proz o en Translator’s Café) y envía tus datos llevando siempre un registro de todo: fecha de envío, de respuesta, ¿has hecho prueba de traducción?

Aprovecho, ya que sale a colación: «¿Sale a cuenta pagar la afiliación a Proz?». Veamos, es un buen portal para ver qué se cuece, hacer consultas de traducción en los foros, buscar agencias y comprobar si son buenos clientes (el llamado Blue Board). Se mueven muchas ofertas en muchos idiomas. Yo estuve pagando varios años y dejé de hacerlo cuando ya me vi asentada… y porque no vi ofertas que me interesaran. Sobre todo, pagar te da acceso a las ofertas de trabajo 24 horas antes de los que no son miembros de pago y eso tiene sus ventajas. Mi experiencia es que últimamente hay tarifas muy bajas, pero siempre se puede encontrar algo interesante. Pagar o no pagar la suscripción o membresía ya es cosa tuya, pero te recomiendo que antes explores a fondo el portal para tenerlo un poco más claro.

Siguiendo con las agencias de traducción, seguramente te haya pasado que no hayan contestado a tus correos. Suele pasar, sí. Las agencias reciben muchísimos correos al día y solicitudes varias por formulario; no es excusa, pero pasa. En estos casos, como ya llevarás un registro de las agencias a las que escribes (guiño, guiño), vuelve a darles un toque pasado un tiempo prudencial. Puedes hacerlo coincidir con alguna novedad que tengas en el CV. Tal vez has hecho un curso o tienes más experiencia o lo que sea. Aprovecha esta nueva información para escribir: «Me puse en contacto con vosotros hace un tiempo y aprovechando que he hecho un curso de traducción jurídica, os reenvío mi currículum por si hubiera la posibilidad de colaborar profesionalmente», por ejemplo.

En cuanto a las plataformas de traducción que te avanzaba antes, me refiero a las siguientes:

También las hay generalistas (es decir, no centradas únicamente en traducción) como:

Aunque no tengo experiencia directa con estas plataformas, sí he visto que las tarifas suelen ir a la baja, pero nunca se sabe. El que más conozco es Fiverr por haber encargado ahí algunas imágenes y logotipos y el sistema funciona muy bien… si el vendedor es profesional.

En el caso de la traducción, tú pones tu precio por unidades de trabajo, o gigs, y a partir de ahí decides el precio por gig y lo que incluye cada uno. Por ejemplo, si tienes una tarifa de 0,06 dólares/palabra, puedes ofrecer gigs de 24 dólares (por 400 palabras de texto). Si el cliente necesita traducir 1200 palabras, te comprará 3 gigs. En Proz hay un foro sobre el tema y la traductora Natalie Soper hizo un experimento contratando traducciones en esta plataforma. Si tienes curiosidad por ver qué descubrió, pincha aquí. Básicamente, y a modo de destripe, te cuento que la gente no fue muy profesional. De nuevo, para meter la cabecita en traducción y mantenerse, da igual el método para encontrar trabajo que elijas: debes trabajar bien, ser serio con las entregas y mantener una buena comunicación con el cliente.

Si quieres más información, tienes todas estas plataformas analizadas con sus pros y sus contras en Smartcat o en Website Planet, donde encontrarás esta tabla tan maja:

Tabla comparativa con varias plataformas de traducción, de Adam Warner.

Bien, ya hemos visto agencias y plataformas, pero tampoco te quedes ahí. ¿Se te había ocurrido enviar tus datos a empresas de importación/exportación? Puede que tengan documentación que necesiten traducir. ¿Y despachos de abogados? Si eres traductor jurado, tal vez puedan enviarte trabajo cuando lo requiera alguno de sus clientes. Y el mejor consejo que me dieron jamás y que siempre doy: que todo el mundo sepa que eres traductor. Desde tu tía la del pueblo al vecino del quinto tercera, porque en nuestra profesión —como en muchas otras— funciona muy bien el boca a boca y nunca se sabe quién puede necesitar tus servicios en un futuro.

Otra pregunta del millón cuando hablamos de empezar en este mundillo es «¿Tengo que estar dado de alta y pagar mis autónomos?». Sí y ahora es más fácil porque tienes la ventaja de acogerte a reducciones los primeros años. Además, digo este «sí» rotundo en esta cuestión porque puede que haya clientes que no te pidan ningún papel, pero otros (agencias, sobre todo) piden que estés dado de alta y querrán ver el documento en cuestión; muchas te piden el certificado de contratistas cada año para comprobar que estás al corriente de las obligaciones fiscales.

En este aspecto, te aconsejo que pidas cita con un gestor (si no me equivoco, la visita puede rondar los 30-40 €, según la zona) para que te guíe como es debido. Muchos damos consejos en Twitter, blogs y redes en general, pero es una cuestión demasiado importante para dejarla en manos de gente no experta en estas lides, aunque lo hagamos con buena fe.

Las asociaciones de traductores también pueden serte útiles en este aspecto, puesto que ofrecen orientación, además de cursos variados. No olvidemos que asociarse es una buena idea porque juntos somos más fuertes. Si aún eres estudiante, entérate de lo que organiza la Asociación Española Universitaria de Traductores e Intérpretes en Formación (AETI) en tu universidad. Si ya has terminado tu formación, échale un vistazo a ASETRAD, ATRAE (centrada en TAV), ACE Traductores (para los traductores editoriales), APTIJ (especializada en traducción jurídica y jurada), AICE (para los intérpretes) o Tremédica (para traductores y redactores del ámbito médico) y las demás asociaciones de las distintas zonas y comunidades autónomas: APTIC en Cataluña, La Xarxa en la Comunidad Valenciana, AGPTI en Galicia, ASATI en Aragón… y muchas otras de las que seguro me olvido y espero que me disculpen.

Si quieres más información para empezar, te recomiendo el librito de Celia Rico, Guía de supervivencia para traductores (Pie de Página, 2018), y, sobre todo, La profesión del traductor e intérprete: claves para dar el salto al mundo laboral, de Purificación Meseguer y Ana María Rojo (Trea, 2018); ambos están reseñados aquí y aquí. De este último, te parecerá especialmente interesante el capítulo «Iniciar la carrera de traducción en el sector privado», de Inmaculada Vicente López, en el que desgrana los pasos que debes seguir para empezar.

Para no extenderme más lo dejo aquí, aunque ya sabes que puedes consultarme lo que sea por las distintas redes. Sobre todo, no te desanimes. Como en cualquier profesión, cuesta arrancar y hay que trabajárselo mucho, pero merece la pena. Deberás ser una hormiguita e ir paso a paso, sin prisa pero sin pausa. De diez correos enviados quizá solo te respondan a uno. Suspenderás algunas pruebas de traducción, pero aprobarás muchas otras (nadie lleva la cuenta de las veces que metes la pata, de verdad). Todos hemos pasado por esto, créeme, y nadie te regalará nada, pero se puede vivir de la traducción. Sé profesional y que tu trabajo hable por ti. Y recuerda, por favor, que no es ningún fracaso trabajar de otra cosa hasta que puedas mantenerte únicamente con la traducción.

Te deseo mucha suerte en esta andadura.

Traduce como puedas. Balance de 2020

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Llega el final del año y toca hacer balance. 2020 ha sido un auténtico viajecito, ¿qué os voy a contar? Reconozco, no sin cierto pudor, que fui de las que al principio de todo pensaban que la covid-19 era una gripe más y que la gente exageraba. Qué equivocada estaba y cuánto dolor hemos vivido.

En la familia hemos tenido la suerte, de momento, de no contagiarnos y de no haber perdido (mucho) trabajo. Mi madre estuvo en ERTE un tiempo, pero por suerte se jubila dentro de dos semanitas y mi pareja, perito autónomo, se pasó unos meses sin trabajar, cosa que por otro lado no fue una hecatombe en casa porque se ocupó del peque mientras yo trabajaba. De hecho, recuerdo que a finales de 2019, como propósitos para el año nuevo, pensé en relajarme un poco, priorizar, aprender a decir que no y no trabajar tanto, pero… terminé aceptando todo lo posible para no notar de forma tan acusada los efectos de la pandemia durante la cuarentena. Lo único que he podido cumplir durante este tiempo es no trabajar en fin de semana (más de lo necesario, vaya, porque si me seguís en Instagram sabréis que las últimas semanas ha tocado pringar).

Os mentiría si os dijera que se acabó y que me he relajado. La verdad es que este último trimestre ha sido una locura y he estado muy al borde de la saturación, de otra crisis de ansiedad y, en general, de acabar quemada con el trabajo. He llegado a compaginar cuatro libros a la vez, además de otros encargos varios, y ahora que solo estoy con uno solo me noto falta de energía. Y es que algo que creo que nos cuesta como autónomos (sin ánimo de generalizar, hablo de lo que veo en mi círculo) es desconectar y decir más que no. ¿Cuántas veces estos meses habré oído/leído lo de «Voy a tope, pero me han ofrecido X y he dicho que sí PORQUE…»? Ese porqué puede ser muy variado: «porque no sé si me va a entrar trabajo después», «porque no llego a final de mes», «porque si digo que no puede que pierda al cliente». Y así, entre porqués, acabamos perdiendo el sueño y hasta las ganas, porque no descansar bien y estar siempre con el chip del trabajo acaba pasando factura.

Aun así, también reconozco que estar ocupada y haber podido trabajar me ha ayudado a no perder los ánimos. Desde el inicio de la pandemia he traducido doce libros —entre novelas, cómics, libros infantiles y algún pequeño ensayo— y tampoco han faltado los trabajos de agencia, aunque es cierto que algunos clientes eran del sector terciario y, evidentemente, han bajado los encargos por esta parte.

Con todo, soy consciente de que he tenido suerte porque por aquí estamos todos bien de salud y, en general, la situación no ha hecho demasiada mella en mi salud mental. Sé que muchos compañeros han visto reducidos sus ingresos —sobre todo en el campo de la interpretación—, que la frustración ha sido demasiada y que la soledad ha sido un duro escollo para muchas personas. Deseo de corazón que, si me leéis y estáis en esta situación ahora mismo, mejore todo pronto.

A pesar de la falacia de «de esta saldremos mejores», que yo también quise creer los primeros días, sí pienso que nos hemos dado cuenta del valor que tienen la amistad, la buena compañía y hasta un simple abrazo. Las pequeñas cosas, los pequeños gestos, tienen más importancia de la que creemos. Y esto lo he visto en muchas de las iniciativas de compañeros para hacer más llevadera esta situación desde casa, como vídeos, pódcast y demás. De hecho, hasta yo misma me he atrevido a dejar a un lado la vergüenza y hacer un par de sesiones de preguntas y respuestas sobre traducción.

Por si no los habéis visto y estáis empezando, los encontraréis aquí debajo. Y los descargables con toda esta información los podéis bajar desde aquí y aquí.

El pobre que ha quedado relegado durante todo este año ha sido el blog, que apenas he podido actualizar. Centré todas las energías en la familia y el trabajo y, aunque el blog rozaría esto último, no me daba la vida para escribir artículos con enjundia o que de verdad valieran la pena, al menos desde mi punto de vista, ojo. En este sentido, en 2020 terminamos la serie de «Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué?» con la entrega número diecinueve de las aventuras y desventuras de recién egresados; os conté de qué va y cómo es el curso de traducción romántica y erótica que imparto en AulaSIC; compartí algunas iniciativas de traductores durante la pandemia y, por último, os hablé de cómo encontrar el primer encargo de traducción y no desfallecer en el intento. Dista mucho del artículo por mes que escribía hace años, pero cuando no se puede, no se puede. Supongo que, de algún modo, lo he ido supliendo un poco en Instagram, con publicaciones más breves e inmediatas.

En definitiva, ha sido un año raro y muy random, como dice ahora la juventud, y tengo ganas de recuperar la normalidad, sea como sea esta, de que remita esta pandemia y el año que entra nos trate un poquito mejor a todos. Por mi parte y para empezar, trataré de aplicarme un poco más el cuento del descanso, porque una ya no rinde como antes. Y aunque no hayamos salido mejores, hemos aprendido que la unión hace la fuerza y, como ya sabéis (y, si no, os lo recuerdo), sigo por aquí para escucharos y echaros una mano si hace falta. Son tiempos difíciles pero no imposibles.

Feliz entrada de año a todos; mucha salud, felicidad y trabajo.

16 tareas útiles en momentos de sequía que agradecerás en un futuro

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La actualidad nos impide hacer muchos planes y, no sé vosotros, pero yo vivo al día. Me centro en las traducciones que tengo entre manos, mi familia… y ya, porque me queda poco margen para más. Aun así, siempre hay momentos de menos trabajo o tareas que no podemos descuidar porque, a la larga, pasan factura.

Por ejemplo, hace un tiempo os hablaba de estas cosas que podemos aprovechar para hacer en los momentos de menos trabajo en el artículo 5 cosas que un traductor puede hacer en agosto. Pues bien, hace unas semanas, la traductora Beth Smith subió a la cuenta de @translationtalk una lista de tareas que me pareció bastante completa y que os traigo aquí adaptada con consejos de mi cosecha para que apliquéis las que os parezcan más oportunas, porque ¿cuándo fue la última vez que actualizasteis el CV o llamasteis a las puertas de clientes nuevos?

Pues ya tenéis deberes para un ratito.

¡Todos al teclado!

1.      Haz una lista de las agencias/clientes con los que quieras ponerte en contacto. Que sea completita. Incluye todos los datos pertinentes y apúntate cuándo les das el toque para repetir pasado un tiempo.

2.      Ponte en contacto con un (potencial) cliente directo. ¡Puedes hacerlo hoy mismo!

3.      Ponte en contacto con una agencia nueva.

4.      Dale un toque a un cliente para el que hayas trabajado en el pasado para recordarle que existes y sigues disponible.

5.      Actualiza tu página web o créate una si no la tienes (échale un vistazo a wordpress y sitios plantilla).

6.      Actualiza el perfil de LinkedIn o hazte uno si no tienes (se puede recibir mucha visibilidad escribiendo textos sobre la profesión).

7.      Actualiza tu presencia virtual en otros lares (perfil en Proz, base de datos de tu asociación de traductores, directorios varios).

8.      Actualiza o pule el CV. ¿Cuándo fue la última vez que le diste un buen repaso y retocaste cosillas? En cuanto al aspecto gráfico, en Canva tienes modelos muy bonitos.

9.      Escribe o retoca las cartas/mensajes de presentación. Yo tengo varios tipos preparados según el destinatario (agencia, editorial, estudio, cliente directo).

10.  No descuides los materiales de marketing. ¿Has pensado en hacerte un logo? ¿Tienes tarjetas de visita o algo especial para cuando hay que mandar documentación física? Tal vez te interese. Cuando los tengas, siempre puedes hacer ronda de envíos a los (actuales y posibles) clientes.

11.  Traduce (o encarga la traducción) de tu web, tu CV y cualquier otro texto que necesites a tu lengua B para promocionarte también en este idioma.

12.  Escucha pódcast de traducción y de los temas de tus especialidades. ¡Se aprende muchísimo!

13.  Busca algún podcast o blog de marketing y ponte como objetivo aplicar alguna idea que te resulte interesante.

14.  Créate un porfolio con tus trabajos de traducción. Yo tengo un PDF con todos los libros traducidos publicados, por ejemplo, y también constan en mi web.

15.  Haz algún cursillo sobre alguna herramienta que te parezca útil o para ahondar en algún tema que te interese.

16.  Asiste a ferias y congresos (aunque sean virtuales, ¡dichosa pandemia!).

¿Qué os han parecido? ¿Añadiríais algo más?

Saludos y hasta la próxima.

Traducir recetarios tiene miga

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Repasando los estantes encontré hace poco este precioso libro de recetas que traduje hace un tiempo y, tras acabar un proyecto reciente sobre la cocina de Oriente Medio, hoy quiero hablaros un poco de la traducción de recetarios. 

Tothom a la cuina. Traducción de un recetario del castellano al catalán.

El mercado para libros de cocina y manuales culinarios de todo tipo en EE. UU., Reino Unido y el resto del mundo es enorme. Estados Unidos, por ejemplo, cuenta con una gran tradición de programas de televisión protagonizados por chefs de renombre y cocineros que han llegado a convertirse en estrellas mediáticas. Y en nuestro país mismo veréis que los programas de cocina abundan, ya sea en las distintas plataformas (sobre cocinas del mundo, la comida en puestos callejeros o centrados en los postres) o en las cadenas principales a modo de concurso, porque no solo de Arguiñano come el espectador español.  

La traducción de una receta tiene unas características muy determinadas. Además de traducir, a veces hay que adaptar las unidades de medidas del sistema internacional a las de los Estados Unidos (y viceversa, claro). Y ya os avanzo que esto no es moco de pavo. ¿Por qué se mide en tacitas?

Algunas equivalencias incluidas en el libro Tothom a la cuina de Montse Deza, editado por LaGalera.

Otro aspecto importante son los ingredientes. Según la localización del lector, a veces es imposible encontrar ciertos productos o marcas, así que hay que encontrar alternativas que permitan elaborar la receta, incluso ante la imposibilidad de encontrar el producto. Otra opción es dejarlo todo tal cual, claro, en cuyo caso sería una directriz que debería dar el cliente o editorial directamente. Dentro de los ingredientes, también hay que conocer bien los distintos cortes de la carne y el pescado, por ejemplo, ya que muchas veces no se corresponden exactamente de un país a otro. 

En ciertas ocasiones, hay que ir más allá de una simple traducción. Este es el caso de aquellas recetas que requieren usar utensilios de cocina o electrodomésticos que no se comercializan o no se conocen en el país de destino. En este caso, hay que describir el proceso que lleva a cabo el aparato para que la información se transmita de forma que el lector sea capaz de recrearla. 

Ilustración de los verbos principales al cocinar.

Y, por supuesto, hay que entender bien cada proceso y método culinario. ¿Cuál es la diferencia entre sofreír, rehogar y guisar, por ejemplo? Y no nos vayamos tan lejos: examinemos el maravilloso mundo de los verbos en la cocina. ¿Conocemos el significado exacto de chop, mince, slice, dice o carve? ¿Sabemos cuáles son los verbos típicos que se emplean a la hora de preparar una receta? ¿Y en castellano cómo los usamos, en infinitivo o en imperativo?

En definitiva, hay que tener en cuenta todas estas características al traducir un recetario y, por este motivo, es un proceso laborioso que ha de llevarse a cabo con minuciosidad y precisión. De hecho, tanto interés hay de un tiempo a esta parte que actualmente podemos encontrar cursos de traducción sobre el tema, como el curso de Rosa Llopis en Trágora y el de Teresa París en AulaSIC.

Traducir recetarios, menús y, en definitiva, textos relacionados con la gastronomía constituye una especialización en sí misma que no debe dejarse en manos de cualquiera, porque abundan los ejemplos bochornosos y no debemos infravalorar la importancia de una buena traducción no solo en gastronomía sino en el sector turístico en general.


Traducción a cuatro manos: la experiencia de Yuliss y Tamara

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A Julia M. Priego, Yuliss, la conocí en Málaga para unas jornadas del máster de la UMA y posteriormente participamos en una mesa redonda en las Jornadas Ándalus Románticas de 2015 con Juan Pascual y Puerto Barruetabeña. Por aquel entonces ya la veía con unas ganas tremendas de comerse el mundo… y en ello está ahora mismo junto a Tamara Arteaga, con quien lleva traducidos ya un buen puñado de libros.

Siempre me ha llamado la atención este modo de trabajo a cuatro manos para traducir libros, así que hoy las invito al blog para que me cuenten un poco cómo lo hacen ellas. ¡Vamos allá!

Tamara Arteaga (izquierda) y Yuliss M. Priego (derecha).

Antes de nada, un poco de contexto. Contadme, ¿qué formación tenéis?

Yuliss: Pues yo estudié el Grado en Traducción e Interpretación en la Universidad de Málaga, de donde soy, y luego decidí hacer el Máster en Traducción para el Mundo Editorial en la misma universidad, igual que Tamara.

Tamara: Así es. Yo cursé la licenciatura en Traducción e Interpretación en la Universidad del País Vasco y acto seguido el Máster en Traducción para el Mundo Editorial de la UMA.

Os conozco como tándem desde hace ya unos años, tenéis cuenta común en Twitter y web propia, Manzanitas Servicios Editoriales. ¿Cómo decidisteis unir fuerzas para traducir a cuatro manos?

Yuliss: Pues nosotras nos conocimos en 2008 gracias al fenómeno mundial de Crepúsculo, porque ambas traducíamos fanfics en una comunidad fan (www.fanfiction.net). Empezamos a entablar conversación sobre lo que habíamos leído y lo que nos gustaba, y…

Tamara: …y el resto es historia. Gracias a esa amistad yo me vine a Málaga a estudiar el máster y desde entonces fue natural para las dos trabajar juntas. De hecho, yo ya me he establecido aquí en Málaga y, además de traducir juntas, también impartimos clases de inglés en la misma academia.

Yuliss: Vaya, que nos tenemos más vistas que nada. Nos falta vivir juntas *Se ríe*.

¿Cómo es vuestro proceso de trabajo? ¿Cómo os repartís el trabajo? ¿Qué etapas seguís?

Tamara: Nos gusta dividir cada proyecto en varias etapas. Primero, echamos un vistazo a la longitud del documento, la fuente, la terminología, el número de capítulos… y después procedemos a repartirnos el libro de forma equitativa. A veces, una hace los capítulos pares, y la otra, los impares. En otras ocasiones, los hacemos de dos en dos, si son muy cortitos. De esa forma, las dos vamos avanzando a la par y conforme vamos acabando capítulos, revisamos los de la otra antes de la corrección final.

Yuliss: Lo bueno que tenemos nosotras es que, como nos conocemos desde hace tanto tiempo, y estamos tan compenetradas ¾tanto que a veces hasta hablamos a la vez y con la misma entonación y las mismas palabras¾, sabemos en qué peca más la otra y nos complementamos bien. De hecho, al ser Tamara del País Vasco y yo de Andalucía, nos ayudamos mutuamente a no caer en localismos que, sin el punto de vista de la otra, se nos escaparían seguro. Luego, cuando terminamos de traducir el manuscrito, nos gusta imprimirnos la novela (si la fecha de entrega nos lo permite) y corregirla a mano.

Tamara: Sí. Y es en esa revisión final (que yo personalmente odio, pero es muy necesaria), donde hacemos cambios de última hora y ponemos en común los errores más frecuentes que nos hemos encontrado para intentar evitarlos en los futuros proyectos.

¿Qué pros y contras creéis que tiene este método de trabajo? ¿Cómo explotáis las ventajas y solucionáis los contras que pueda haber?

Yuliss: Pues, a ver. Yo empecé traduciendo sola y luego seguí haciéndolo a cuatro manos con Tamara. Tener a otra persona que te corrija y que use otro tipo de expresiones y de lenguaje, a fin de cuentas, es bastante beneficioso para el texto. Cuando una traduce sola, luego depende de sí misma para revisarlo y es probable o, mejor dicho, seguro, que se nos pasen cosas por tener el texto viciado. Cuando somos dos, aunque ambas hayamos trabajado en el texto a la vez, es mucho más fácil identificar errores que se nos hayan escapado a cualquiera de las dos.

Tamara: En mi caso, yo siempre he traducido a cuatro manos. Mi primer encargo fue con Juan Pascual, y a partir de ahí he trabajado codo con codo con Julia. No sabría decirte qué contras hay de trabajar a cuatro manos porque, sinceramente, no los veo. El tema del dinero dividido… Teniendo en cuenta que al final solo traduzco medio libro, lo veo justo, y me permite compaginarlo con otro trabajo que me ayuda a pagar facturas, para qué nos vamos a engañar. A mí me gusta desahogarme de lo que traduzco con Julia, escribirle sobre lo que pasa y comentar en caso de que haya salseo *se ríe*, así que en todos los años que llevo traduciendo con ella, me quedo con lo mucho que he aprendido, la facilidad que tenemos de solventar problemas que nos han ocasionado varios textos a lo largo de los años y, por último, en que lejos de crear tensión en nuestra amistad, la ha fortalecido muchísimo.

Yuliss: Sí, aunque siendo sinceras, yo sí que podría ver una desventaja en trabajar junto a otra persona con la que, a fin de cuentas, no compartes un vínculo o una conexión. Lógicamente, este no es nuestro caso, porque lo único que nos falta es saber lo que está pensando la otra (y, a veces, hasta eso pasa *se ríe*). Pero cuando una editorial X, por ejemplo, necesita la traducción de un libro en un plazo de tiempo exageradamente corto e imposible para un solo traductor, suele encargarla a diferentes traductores que muy posiblemente no se conocen de nada. Eso sí podría llevar a que el lector luego note y perciba discrepancias por culpa de no haber unificado bien, o porque cada uno tiene un estilo muy distinto a la hora de narrar. Diríamos, entonces, que un requisito indispensable para que una traducción a cuatro manos sea un éxito es que haya cierta sinergia entre las dos personas involucradas.

Está claro que en vuestro caso hay mucha química, pero también mucho conocimiento del género romántico. Creo recordar que también teníais un blog y escribíais reseñas. ¿Seguís en la blogosfera? ¿Diríais que eso os ha especializado de alguna manera?

Tamara: Para mí, tener un blog, un canal de YouTube, o varias redes sociales a la vez es un «quiero y no puedo». Hay gente que lo llamaría un mal necesario, el problema que tenemos nosotras es que somos tan puntillosas que no pasaríamos precisamente poco tiempo con eso, un tiempo que no nos sobra. Si tenemos que elegir entre traducir los fines de semana o dedicarnos a las redes/blog/YouTube, la respuesta está clara. La traducción ya afecta a mi yo lector en sí. Así que necesito un poco de espacio personal también.

Yuliss: En lo referente a ser o no «especialista». Yo no creo que seamos especialistas de nada. Es cierto que tenemos unos gustos literarios similares y más específicos, pero, como ya hemos mencionado antes, no queremos limitarnos en nuestro trabajo. Suena a cliché, pero la traducción es aprender, y si nos encasillamos en un tipo de novela o género únicamente, entonces dejaríamos de aprender, y sería una pena. Además, cada novela es un mundo, y cada autor una rama de ese gran árbol que es la literatura.

Tamara y Yuliss con una de sus criaturas.

Tamara: Yo nunca he querido limitarme a la hora de géneros o subgéneros. Sí que es cierto que yo leo novelas románticas en su gran mayoría, y eso se nota también a la hora del interés que me pueda generar un encargo u otro. Sin embargo, también me gusta el desafío que implica traducir una novela a la inversa o que nos manden un encargo de algo completamente ajeno a lo que estamos acostumbradas, como puede ser una biografía o algo de esoterismo. Pero, vaya, que, siendo franca, siempre y cuando sea una editorial que se porte bien (y con eso me refiero a que pague bien, aunque hoy en día difícil…), yo no me quejo…

Yuliss: Yo leo un poco de todo, la verdad. Me gusta la novela romántica, así como la ciencia ficción, la fantasía, o la literatura juvenil. Debo decir que la novela romántica tiene un lugar especial en mi corazón porque fue el género con el que empecé a traducir profesionalmente, pero hoy día flipo con los encargos de juvenil fantástica, o incluso con la narrativa sentimental. Pero bueno, que yo le meto mano a todo *je, je*, tal y como ha dicho Tamara.

¿Tenéis algún trabajo interesante entre manos ahora mismo? ¿Y algún encargo que os haya marcado?

Tamara: En cuanto a proyectos que tengamos entre manos, no podemos desvelar mucho, pero sí que hay novelas New Adult que nos están gustando mucho, así como alguna que otra erótica que…*ñam*. No obstante, si tenemos que mencionar una traducción en especial, diríamos que con la que más hemos aprendido por el reto que nos supuso y el estilo particular de la autora es La maestra de la oscuridad de Addie Thorley, publicada por Munyx Editorial este pasado septiembre.

Yuliss: Totalmente. Es una novela juvenil fantástica, una reinterpretación de la famosísima novela Nuestra señora de París de Victor Hugo, que ha supuesto un antes y un después en nuestra carrera profesional. Ojalá todos los encargos fuesen así de satisfactorios.

Sé que ambas trabajáis en una academia de inglés. ¿Cómo lleváis lo de compaginar la traducción con la docencia?

Tamara: Tenemos la suerte de trabajar de lunes a jueves en la academia de inglés en la que llevamos impartiendo clases desde 2014. Gracias a eso, pagamos facturas y tenemos el tiempo libre suficiente como para dedicarnos a la traducción literaria; a cuatro manos, por supuesto. En mi caso, jamás lo he visto como un sacrificio de mi tiempo libre, sino más bien como cumplir un sueño. El sueño de trabajar en lo que he estudiado, aunque sea durante los fines de semana (y no esté tan bien remunerado como yo querría). Pero, bueno, si quiero tener perspectivas de futuro, no me queda de otra.

Yuliss: Mentiría si dijera que no me encantaría poder trabajar únicamente de la traducción literaria. Lo cierto es que es muy difícil vivir únicamente de eso. Soy consciente de que hay compañeros que lo hacen, o que malviven, no lo sé, pero en mi caso es imposible. Siempre me ha gustado traducir y, al igual que Tamara, tampoco veo como un sacrificio tener que dedicar muchos fines de semana a esa tarea. Pero, bueno, a veces necesitamos desconectar y, aunque tengamos que rechazar algún encargo, priorizamos nuestra salud mental. O si no los rechazamos, al menos sí pedimos unos plazos de entrega más que razonables, incluso para ser dos. De hecho, que seamos dos no necesariamente supone que tengamos el trabajo en la mitad de tiempo. Más bien lo contrario, dado lo rigurosas y perfeccionistas que somos.

Ya para terminar, porque sé que interesa y muchos querrán conocer vuestro modus operandi, ¿cómo buscáis trabajo y os presentáis a las editoriales? ¿Algún consejo para los traductores noveles (y no tan noveles) que nos leen?

Yuliss: En nuestro caso, lo que más nos ha funcionado a la hora de encontrar trabajo es, sin duda, hacer contactos. Conocer a los editores, a otros traductores, a gente del gremio. Aunque parezca una tontería, que te puedan poner cara es una ventaja sobre aquellas personas que mandan los CV sin ton ni son y a las que las editoriales no conocen de nada. Incluso un mismo compañero del gremio puede conseguirnos algún trabajo cuando este ve que no puede aceptarlo. En definitiva, ir a ferias, a encuentros, a charlas, conferencias, y hacer contactos.

Tamara: De hecho, conseguimos nuestra primera traducción a cuatro manos tras proponer una novela a una editorial en la Feria del Libro de Madrid de hace ya unos cuantos años. Además, ya hemos mencionado anteriormente que es importante conocer la línea editorial del sector en el que trabajamos. Así que nos aseguramos de tener algo en «común» con las editoriales a las que nos dirigimos o escribimos. La comunicación es clave. Por otra parte, yo recomendaría no limitarse solo a eventos españoles. No hay que olvidar que también se pueden encontrar clientes en autores extranjeros.

Yuliss: Y en cuanto a consejos, básicamente yo lo resumiría en una frase: ECHADLE MORRO. Mucho. Mi madre siempre me ha insistido desde pequeña que el que no llora, no mama, que el no ya se tiene, así que, ¿por qué no? Nosotras, cuando hacemos ronda de emails, sabemos que en su gran mayoría no vamos a recibir respuesta; pero, mira, siempre hay alguna editorial que responde, ya sea de forma positiva o negativa. Hay que insistir y ser pesados. Y, por mucha pereza que dé, las redes sociales ayudan mucho a eso. Conectar con editoriales ahora es muchísimo más fácil que antes, pero tampoco hay que olvidar que lo que vemos en Twitter, o Facebook, o Instagram, luego realmente no se refleja en la vida real.

Tamara: Bueno, yo no me considero nadie como para dar consejos; de hecho, casi preferiría que me los den a mí. Pero si tuviese que quedarme con algo de lo mucho que he aprendido, diría que no hay que hacerle caso a esa vocecita en nuestra cabeza que dice que no valemos para esto. Hay momentos en los que dudamos de nuestra capacidad, de nuestra competencia, pero jamás hay que olvidar que todos empezamos, todos progresamos, y al final lo que cuenta es que el lector, la editorial y el propio traductor queden satisfechos con el trabajo realizado.

Me encanta terminar con estos consejos y lecciones, porque son aplicables a muchas otras ramas también. Lo que decimos muchos a riesgo de hacernos pesados: paciencia, morro y mucho ánimo siempre. Yuliss, Tamara, muchísimas gracias a las dos por vuestro tiempo e interés. ¡Y por muchas más traducciones!

Volvemos con más lecturas para traductores

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Y con esta van ya siete publicaciones con lecturas útiles para traductores. La última fue para el Día del Libro de 2019 y parece que fue ayer, pero desde entonces han llovido libros muy interesantes sobre la profesión. Echémosles un vistazo.

Libros para aprender el oficio

1. Mujeres en la traducción audiovisual. Perspectivas desde el mundo académico y el profesional. Carla Botella y Belén Agulló (eds). Editorial Sindéresis, 2021.

Un compendio de artículos de grandísimas profesionales del sector que abarcan los distintos ámbitos de la especialidad: doblaje, subtitulación, accesibilidad, videojuegos, voces superpuestas. Muchos tienen un enfoque práctico y profesionalizador ideal para las personas que empiezan… y las que llevan ya un tiempito en esto. Mención especial al capítulo-charla de María José Aguirre de Cárcer y Raquel G. Rojas porque me encanta leer batallitas del sector.

2. Luces, cámara y… traducción audiovisual. Guía para futuros traductores audiovisuales. Eugenia Arrés, Fernando Castillo, Javier Rebollo y Juan Yborra. Pie de página, 2020.

Los autores, fundadores de Ampersound, se han marcado una guía la mar de útil para adentrarse en el mundo profesional. Abarcan cuestiones como los errores más frecuentes en doblaje, las tarifas en traducción audiovisual, las pruebas de traducción, los programas más usados del mercado y muchas cosas más. Además, incluye las pildoritas de traducción que Fernando Castillo publica en Twitter y hasta hago un cameo sin saberlo (¡gracias por mencionar mi artículo sobre la traducción soez!).

En definitiva, si acabas de salir del cascarón y te interesa la TAV, no lo dudes: es práctico e informativo a partes iguales.

3. Atrapados por la lengua. Sheila Queralt. Larousse, 2020.

Si os llama la atención la lingüística forense tanto como a mí, este libro os gustará este libro de Sheila Queralt que, como perito judicial, ha seleccionado 50 casos en que el análisis lingüístico ha sido crucial para determinar el grado de participación de los presuntos delincuentes. Desde el experto en fonética que supo encontrar la pista en los secuestradores de Anabel Segura o del supuesto narco de Barcelona que pasó 626 días en una cárcel italiana, hasta el lingüista forense que analiza denuncias por amenazas o casos de suplantación de identidad.

Queralt no se olvida de la traducción y también habla de ejemplos en los que la traducción o interpretación ha tenido un papel central para la resolución o el enfoque de un caso determinado. Porque el cómo decimos las cosas importa, en este caso, tanto como el qué decimos.

4. Cómo vivir (muy bien) de la traducción. Ruth Gámez y Fernando Cuñado. Autoeditado, 2021.

Tras más de veinte años de experiencia en traducción, Ruth Gámez y Fernando Cuñado, el dúo dinámico detrás de Traducción Jurídica, se lanzan a recopilar consejos para los traductores noveles y para aquellas personas sin formación en traducción que quieren aprender el oficio. Incluye una sección muy interesante en la que desmontan los mitos: no se puede vivir de esto, hay mucho intrusismo, la traducción automática nos quitará el trabajo, etc. Quizá no es un manual tan práctico como informativo, pero vale la pena si partes de cero.

Ensayos deliciosos sobre traducción

5. Simpatía por el traidor, Mark Polizzotti. Trama editorial, 2020. Con traducción de Íñigo García Ureta. (Cortesía de la editorial)

«Me preocupa la aparición de un mundo donde la traducción ya no sea realmente necesaria, no porque todos podamos hablar la misma lengua, sino porque las distintas lenguas del mundo ya no expresen las diferencias psicológicas y culturales que las hacían especiales e interesantes.»

Mark Polizzotti lleva casi medio siglo traduciendo y se plantea aquí qué es una traducción, para qué sirve, cómo leerla. Para conseguirlo, nos cuenta la historia de cómo llegamos a usar las distintas lenguas en nuestro beneficio, y qué sucede cuando no es así. ¿Cuál es el objetivo final de una traducción? ¿Qué significa tildar una traducción de «fiel» o «infiel»? Y, ya puestos, ¿resultan útiles estos criterios? ¿Qué responsabilidad ética tiene el traductor para con el lector y el texto de origen? ¿Es inevitable «perder» algo en la traducción, o también se puede ganar algo? ¿Puede y debe una traducción mejorar el original? ¿Qué hace que algunas versiones canten y otras chirríen? Y en última instancia, ¿importa la traducción? Y de ser así, ¿por qué importa?

No os perdáis la reseña de Carlos Fortea porque, como bien indica, «no hace falta estar iniciado en los secretos del oficio para disfrutarlo, y sin duda será una lectura de cabecera para muchos estudiantes de traducción que no saben por dónde dar el primer mordisco a la bibliografía».

6 y 7. This litte art, Kate Briggs. Fitzcarraldo Editions, 2020. // Este pequeño arte, Kate Briggs. Jekyll & Jill, 2020. Con traducción de Rubén Martín Giráldez.

Recomendación al cuadrado porque este ensayo (más bien un diario novelado) bien lo vale. Al menos, yo no pude resistirme a tenerlo en inglés y traducido. Para explicaros de qué va, os dejo mejor un fragmento de la completísima reseña de Ricardo Menéndez Salmón en La Nueva España:

«Kate Briggs, traductora al inglés de Roland Barthes, lanza en Este pequeño arte una singularísima mirada a las aventuras de la traducción, a propósito de sus límites y certezas, en torno a sus expedientes satisfechos y sus cuitas inagotables. Lo hace valiéndose de herramientas características del espíritu barthesiano (elogio de la delicadeza, cuestionamiento de la autoridad, desviación y reformulación del canon) para urdir un bellísimo libro que, sin dejar de ser un ensayo, se lee con la emoción de una autobiografía y con el hechizo de una novela. La clave de tan feliz centauro, su encanto y fascinación, radica en la capacidad de Briggs para explorar con inteligencia, pero también con pasión, las estancias de su tarea. Libro cerebral y al tiempo casi romántico, nacido de las miles de horas de trabajo de la traductora y a la vez de la devoción de una lectora que emprende sus excursiones textuales sin buscar otra recompensa que el propio viaje, Este pequeño arte es un homenaje a la literatura y a tres de sus provincias mayores, la lectura, la escritura y la traducción, inextricables en ocasiones, estancas otras veces, de pronto inefables, puntualmente iluminadoras, opacas a menudo incluso para quienes más y mejor las cortejan».

Tiene frases lapidarias y reflexiones que, si os apasiona la traducción como tal, os encantarán.

Obras de consulta

Las siguientes obras no son nuevas, pero sí incorporaciones relativamente recientes a mi biblioteca que ojalá hubiera tenido antes.

8. Diccionario combinatorio práctico del español contemporáneo (o Práctico para los amigos), Ignacio Bosque (dir.), Ediciones SM, 2011.

«En español sembramos trigo, pero también esperanzas, dudas y sospechas; clavamos una chincheta, pero también una respuesta; y se nos hiela el cuerpo por frío, pero también la sonrisa o la sangre por el miedo». A esto nos ayuda exactamente el Práctico, a ver cómo se combinan las palabras. Es un gran manual para traductores para dar con ese verbo que va con tal sustantivo y rehuir así de la posible influencia del inglés (o de cualquier otra lengua autonómica; que me lo digan a mí con todos los fer del catalán…). Muy muy recomendable.

9. Diccionario de ideas afines, Fernando Corripio. Editorial Herder, 2020 (2.ª edición).

La afinidad entre palabras que encontraremos en este diccionario puede surgir por tratarse de palabras sinónimas, antónimas o de mera relación ideológica. Es decir, no es un simple tesauro aunque pueda parecerlo a primera vista. A veces se incluyen voces que no son del todo equivalentes (fraile, sacerdote, órdenes religiosas) por la notoria afinidad de ideas o conceptos que están muy interrelacionados y constituyen una unidad ideológica homogénea (educación, enseñanza, alumno, profesor, escuela y estudio).

Os dejo varias fotografías para que veáis algunos ejemplos.

¿Os han gustado estas propuestas? ¿Tenéis ya alguno de estos libros o queréis dejar vuestras recomendaciones? Os espero, como siempre, en los comentarios.

Para más lecturas, os emplazo a artículos anteriores:

  1. https://enlalunadebabel.com/2012/09/10/lecturas-para-el-traductor/
  2. https://enlalunadebabel.com/2014/08/11/mas-lecturas-para-el-traductor/
  3. https://enlalunadebabel.com/2017/04/10/seguimos-con-las-lecturas-para-traductores/
  4. https://enlalunadebabel.com/2017/11/27/lecturas-para-el-traductor-especial-principiantes-iv/
  5. https://enlalunadebabel.com/2019/02/13/lecturas-para-traductores-clasicos-basicos-con-sorpresa-v/
  6. https://enlalunadebabel.com/2019/04/23/lecturas-para-traductores-especial-dia-del-libro/

Revisa que algo queda

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Hables con el profesional que hables, te contará su forma de trabajar para hacerle llegar el texto final al cliente lo mejor posible. No hay métodos infalibles, pero sí una regla de oro: revisar bien una traducción antes de entregarla.

No es la primera vez que hablo de revisión por aquí, puesto que ya abordé el tema en este artículo (con recursos fantásticos) y también hay consejos valiosos en este otro. Sin embargo, hoy vengo con una lista abreviada y directa al grano.

Este es mi camino:

✒ Traducción (donde ocurre la magia). Para los encargos con Word, algunos trucos que van muy bien para ahorrarse trabajo después son los siguientes:

  • Escribir siempre con la función «Mostrar todo» habilitada te permitirá evitar la mayoría de errores de formato. Se activa pulsando el calderón (¶).
  • Memorizar los atajos de teclado más útiles. Puedes incluso configurar el teclado para asignar números sencillos a ciertos símbolos frecuentes.
  • Automatizar las palabras que siempre (o casi siempre) escribimos mal. Me pasa con «tambine» o «entocnes», por ejemplo. Si sabéis con qué palabras falláis más, utilizad el autocorrector para memorizar estas formas erróneas y que las cambie automáticamente por la forma correcta. En literaria, te será muy útil asignar «atajos» para aquellos personajes con nombres largos o complicados (que escribas Sch y te lo cambie directamente a Schwarzenegger, por ejemplo).
  • Controlar el uso de las comillas. La secuencia es la siguiente: «…“…‘…’…”…». Es más complicado retocarlo todo de un plumazo después.

✒ Corrector de Word (básico). Eso sí, ojo con aceptar a ciegas porque puede ser que algún cambio no sea pertinente. Si trabajamos con alguna herramienta de traducción asistida, hay que usar la función de revisión también. La mayoría la llevan integrada ya, pero hay aplicaciones adicionales para hacer el control de calidad y corregir incoherencias, como Xbench.

✒ Sugerencias de LanguageTool o mystilus: No está de más una segunda opinión para valorar si hay demasiados «pero» que podrían ser un «sin embargo», entre otros posibles cambios. Son aplicaciones ideales si las tienes integradas en el mismo Word.

✒ Quitamanchas del Dr. Macro: Una macro fantástica para eliminar espacios dobles, colocar bien los espacios duros después de una cifra, etc.

✒ Relectura: Hay cosas que solo puede captar el ojo humano y, sobre todo, el ojo entrenado del traductor y corrector. Y porque después de haber hecho algunos cambios, lo mejor es cerciorarse de que todo queda bien cohesionado.

¿Qué te parece? ¿Cuáles son tus pasos? ¿Me recomiendas alguna otra herramienta? ¡Hasta la próxima!

¡Extra! ¡Extra! ¿Cómo se traduce un cómic?

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Este fin de semana pasado se celebró la última edición del Salón del Cómic en Barcelona; una ocasión única para descubrir las novedades, conocer a los autores y conseguir alguna firma que otra. Como traductora, aproveché para saludar a algunas editoriales. Pero ¿en qué consiste esto de traducir cómics?

La traducción de cómics (tiras cómicas, historietas gráficas, tebeos) es un ejemplo de traducción subordinada. En este tipo de textos, el contenido de los diálogos de los personajes están marcados en globos o bocadillos (callouts, speech baloons, speech bubbles, dialogue baloons) y cajas, con lo que se limita el espacio disponible para su traducción.

Este tipo de traducción tiene una dificultad añadida: los diálogos están estrechamente relacionados con el contenido visual; forman una unidad indivisible. Así pues, además de la limitación de espacio a la que nos vemos sometidos, es esencial mantener la correspondencia entre el texto y el dibujo.

Los cómics son historias visuales que están divididas en espacios de recuadros llamados viñetas (panels, en inglés). Cada viñeta representa un momento de la historia un cómic puede estar compuesto por una sola viñeta o por varias, que pueden cubrir una sola línea (a lo que llamamos tira), una página o un álbum entero.

¿Cuál es el orden de lectura de las viñetas y los globos?

Normalmente, las viñetas siguen el siguiente orden: primero, de izquierda a derecha y después, de arriba abajo. Los globos dentro de cada viñeta se organizan de la misma manera. Es importantísimo establecer correctamente la secuencia de los globos en una viñeta, ya que nuestra traducción deberá respetar este mismo orden. Caso aparte es el manga, donde las convenciones son distintas.

¿Cómo entregamos la traducción de un cómic?

Si el cómic tiene varias páginas, hay especificar primero el número de la página del TO que estamos traduciendo («Pág. 4»).

En el renglón siguiente indicamos por orden las viñetas y su traducción. Por ejemplo, «4-3:» indicaría que el texto pertenece a la viñeta número 4 y al globo número 3 dentro de esa viñeta. Algunas veces tampoco hace falta numerar el globo en sí si se sigue el orden de lectura. Como todo, lo mejor es preguntar a la editorial por sus preferencias.

También debemos respetar los resaltes en el texto; las negritas, por ejemplo, y cuando haya alguna cartela, rótulo o elemento especial en la imagen (en una viñeta aparece un cómic y también hay un cartel para el lavabo; ambos elementos anunciados entre corchetes).

Muestra de una página de un cómic de Bob Esponja.

Particularidades de la traducción de cómics:

1. Limitación de espacio: el traductor debe intentar que el texto meta de cada globo tenga aproximadamente la misma longitud que la del texto original. Cuando no sea posible, se usarán estrategias para ajustar la extensión.

2. Lenguaje coloquial (oralidad fingida): los cómics conservan muchas de las características del lenguaje hablado que, por lo general, tienda emplear un registro familiar y coloquial, aunque no siempre sea el caso.

  • Las oraciones suelen ser breves y sencillas.
  • La entonación es variada, con mezcla de oraciones interrogativas exclamativas y declarativas.
  • Las interjecciones son frecuentes.
  • Se encuentran repeticiones y redundancias.
  • Las oraciones pueden no terminar o interrumpirse.
  • Presencia de titubeos
  • Uso de contracciones
  • Palabras apocopadas y alargadas
  • Uso de modismos, frases hechas, refranes
  • Presencia de vocativos y apelaciones, además de expresiones de saludo y despedida.
  • Según el cómic, también puede haber insultos o palabras malsonantes.

3. Recursos de entretenimiento: los cómics se consideran literatura de entretenimiento, lo cual conlleva unas características específicas del uso de la lengua que se convierten en dificultades de comprensión y traslado a otra lengua.

  • Comparaciones humorísticas
  • Juegos de palabras
  • Chistes
  • Dobles sentidos,
  • Nombres humorísticos
  • Exageraciones
  • Equivocaciones
  • Coloquialismos
  • Ironías

4. Onomatopeyas: aunque encontramos los mismos sonidos en todas las culturas, la representación gráfica de estos sonidos puede variar de una lengua a otra. El típico «quiquiriquí» del gallo español que equivale al cock-a-doodle-do del inglés. Con onomatopeyas inventadas, se puede mantener la original o crear una nueva que funcione en la lengua meta.

5. Aspectos culturales:

Como en todas las traducciones, los aspectos culturales pueden ser problemáticos al trasvasar a la lengua meta. La cosa se complica en una traducción subordinada como es el cómic, porque algunas veces se desaconseja dejar notas al pie.

Las posibles soluciones dependerán de si es una traducción extranjerizante, domesticante o equilibrada. Por eso, antes de empezar a traducir, es fundamental determinar su función principal. ¿Traducimos una novela gráfica con alto grado de sátira social y política? ¿Es una historieta que busca reír? ¿Es un cómic didáctico para niños?

La función del cómic es la pieza clave que nos servirá de base para solucionar los problemas o escollos de traducción que nos presente el texto. Por ejemplo, si la función principal es provocar la risa del lector, cuando nos encontremos un juego de palabras intraducible, podemos hacer una traducción libre con el objetivo de mantener la función del texto: hacer reír.

Páginas y recursos útiles

Bibliografía

  • Gasca, Luis y Román Gubern. Diccionario de onomatopeyas del cómic. Cátedra, 2009 (2.ª edición).
  • Gasca, Luis y Román Gubern. El discurso del cómic. Cátedra, 2011.
  • McCloud, Scott. Entender el cómic. El arte invisible. Astiberri, 2019.
  • Riera-Eures, Manel y Margarida Sanjaume. Diccionari d’onomatopeies i altres interjeccions. Amb equivalències en anglès, espanyol i francés. Eumo Editorial, 2010. (Aquí va un ejemplo)
  • Rodríguez, Francisco. Cómic y traducción: preliminar teórico-práctico de una disciplina. Editorial Sindéresis, 2019.

Ecos del X Curso de Traducción Médica

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«En la casa todo se magnifica», recuerdo que dijeron en la primera edición de Gran Hermano. También que se trataba de un experimento sociológico, ejem. Veintidós años después lo compruebo en mis carnes tras una semana de trabacaciones en Cantabria. Y es que el curso de Traducción Médica que organiza Fernando Navarro en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander cada verano es una experiencia intensa que hay que vivir. Y este año más aún, puesto que se trataba del décimo aniversario.

Veintitrés alumnas de distintas partes del globo —España, Latinoamérica y hasta Estados Unidos— con perfiles muy distintos (traductoras médicas, alumnas de grado y de máster en TeI, técnicas en emergencias sanitarias, bioquímicas, pediatras, traductoras de patentes, traductoras veterinarias, etc.) han disfrutado de treinta horas lectivas y actividades de todo tipo concentradas en una semana.

Este año ha habido talleres sobre trucos y metáforas del lenguaje médico, que impartía el mismísimo Fernando Navarro; sesiones prácticas de inglés médico y variedades del inglés bajo la batuta de la encantadora Jennifer Salmon; talleres sobre interpretación médica y mediación intercultural en reproducción asistida de la incombustible Carolina Lleó; clases magistrales y teatralizadas sobre medicina con el sabio Enrique Saldaña, y talleres sobre la traducción del lenguaje soez y la sexualidad, que tuve el placer de impartir yo.

La verdad es que ante semejantes eminencias y todo tan especializado, tuve mis reservas a la hora de aceptar, sobre todo la primera vez que impartí estas sesiones en 2016, pero en realidad todo está relacionado y los temas que traía encajaban muy bien con las dramatizaciones en consulta que preparó Carolina Lleó o los roleplays de Jennifer Salmon. De hecho, algunos de los contenidos de mis sesiones constan en el Libro rojo de Cosnautas por su intríngulis (¿qué NO sale en el Libro rojo, por otro lado?). También fue de gran ayuda que el grupo participara con un interés genuino, poniendo toda la carne —y las carnes— en el asador, sin tapujos ni desinhibiciones.

Pero volvamos a lo de que todo se magnifica. El curso de Navarro es tan humano, además de educativo y profesional, que siempre consigue unir a las personas, vengan de donde vengan o independientemente del momento vital en que se encuentren. Se crean tales vínculos y sensación de pertenencia que es inevitable sentir el dolor de la separación al final.

Porque, como decía antes, ha habido actividades de todo tipo para fortalecer este vínculo y que nadie se quedara solo. El domingo 14 tuvimos almuerzo en casa de Fernando para que nos conociéramos los profesores y ese mismo día hubo una cena en la residencia para las alumnas que acababan de llegar a Santander. El lunes se organizó una excursión hasta el faro y el martes tuvimos la gran suerte de visitar las neocuevas de Altamira (qué de curiosidades para un ávido grupo de traductoras). El miércoles, tras un paseo en el que algunas valientes degustaron los deliciosos —a la par que enormes— helados de Regma, disfrutamos de una cena de confraternidad con antiguas alumnas del curso de verano en las caballerizas de La Magdalena. El jueves estuvimos en la exposición virtual de Vincent van Gogh y luego nos fuimos al Palacio de la Magdalena para la cena de despedida. Pero eso no es todo, porque al término del curso, el viernes después del almuerzo, hubo una última excursión con cafelito en casa de Fernando Navarro.

Es imposible no sentirse parte de un todo y diría que hasta encontrar tu propósito después de unos días así de intensos. Cuántas cosas en la cabeza para escribir (como muestra este artículo después de tanto tiempo) y proyectos por empezar, porque como profesora he aprendido muchísimo tras conversaciones con los demás docentes y alumnas, sobre todo de los monólogos que se marcaron el jueves sobre distintas facetas de la traducción médica… y no solo. Desde el amor por las novelas negras y su relación con la medicina de Elena, pasando por un emotivo monólogo de Laura sobre el trastorno obsesivo-compulsivo, la importancia del saber para detectar enfermedades, de Carmen, de dónde viene lo de las cigüeñas que traen a los bebés de París, de Lucía, y muchas otras anécdotas e historias para el recuerdo. Porque sí, porque por si fuera poco, hubo hasta un concurso de monólogos a lo Famelab. Curiosamente, me di cuenta después de que he subtitulado varios de este tipo para una agencia. ¿Veis? Lo que os decía: todo está relacionado.

En definitiva, un curso inolvidable que deja huella en lo personal y lo profesional, y que no deberíais perderos si os apasiona la traducción médica y la divulgación científica. Atención a las redes de Fernando Navarro porque las plazas son limitadas y vuelan. Y es fácil ver por qué.

Por la parte que me toca, ha sido un verdadero honor participar en la edición de 2016 y la de este año. No sé si habrá una tercera ocasión, pero me guardo lo vivido en el corazón y lo atesoraré siempre. Gracias, Fernando, y gracias también a la Fundación Lilly, Cosnautas, Fundación Dr. Antoni Esteve y Tremédica por el patrocinio.

Obsequios para las alumnas y los docentes. Porque nunca se tienen demasiados libros… ni bolsas de tela.

Lo que dio de sí el #CongresoASATI

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Veinte años no se cumplen todos los días. Si no, que se lo pregunten a ASATI (Asociación Aragonesa de Traductores e Intérpretes), que los celebró la semana pasada por todo lo alto aprovechando el Día Internacional de la Traducción. El viernes 30 de septiembre y sábado 1 de octubre nos reunimos ponentes y asistentes, miembros y no miembros de ASATI en la Cámara de Comercio de Zaragoza para celebrar ese aniversario tan especial.

Tras el emotivo discurso de María Pilar Cardos, presidenta de ASATI, tuve el placer de inaugurar las jornadas con mi ponencia sobre las redes sociales como escaparate para el traductor. Cada vez somos más conscientes de la fuerza que tienen las redes sociales para promocionarnos, así que aproveché la oportunidad para dar algunos consejos sobre cómo desenvolverse en distintas redes (Twitter, páginas de Facebook, LinkedIn, Instagram y blog) sin enredarnos en exceso. ¿Los puntos principales? Ser memorable, publicar con regularidad y calidad (más que cantidad), tener una voz clara y no perder de vista a nuestro lector/espectador objetivo.

Después salió a la palestra Carmelo Beltrán, que nos habló de copywriting y, más concretamente, el orientado al marketing por correo electrónico. Carmelo nos explicó cómo ayuda a sus clientes, tanto marcas como profesionales independientes, a vender más y mejor. Nos contó cómo se vertebra un correo eficaz (idea + justificación + llamada a la acción + gancho) y cómo pensar en ideas para cubrir el contenido en cuestión (dar con el tema y los muchos subtemas; pensar en 10 problemas que puedan tener los clientes y 10 maneras de abordar cada uno; usar anécdotas, etc.). Y creatividad debe de tener un rato porque escribe a sus suscriptores un correo cada día. Ahí es nada.

Después de la pausa del café (madre mía, esos agujeros de dónut qué buenos estaban), volvimos con la mesa redonda sobre la jubilación, con Alicia Martorell y Álvaro Bajena, representante de la UPTA Aragón. Se habló de la importancia de conocer nuestros derechos y obligaciones como autónomos, con todas las cartas sobre la mesa. Un tema complejo pero muy muy necesario… y más viendo la que se avecina.

Y como colofón antes del almuerzo, vino Daniel Segura a contarnos cómo coordina los servicios de traducción e interpretación en la FIFA: los archivos que pasan a los lingüistas para que se documenten, el encaje de bolillos que tienen que hacer para cubrir las ruedas de prensa en los mundiales, etc. Curiosamente, la unidad de interpretación de la FIFA es bastante reciente, se creó en 2016, algo que cuesta de creer con la cantidad ingente de idiomas que se mueven en el mundo del fútbol y los eventos que se celebran al año para los que necesitan intérpretes: ¡más de 700! También nos explicó que cuentan con unos 200 intérpretes, pero, al principio, fue una auténtica odisea encontrar personal cualificado que quisiera trabajar para la FIFA. Increíble, ¿eh?

Después de comer, Fernando Navarro nos habló de las preguntas recurrentes que le han hecho a lo largo de estos años y procedió a desmontar los típicos tópicos: sí, se puede trabajar de traductor (médico); un traductor médico puede trabajar a la perfección aun no siendo médico, eso sí, formándose mucho, y sí, la traducción médica es difícil, pero vale muchísimo la pena. Habló de las impresionantes cifras de ventas que manejan las farmacéuticas y de la gran responsabilidad que tiene un traductor e intérprete médico. Nos recordó el terrible caso de «la palabra de los setenta millones de dólares» en el que la mala traducción de un término estuvo a punto de acabar con la vida de un paciente.

Alicia Martorell hizo doblete después de Navarro con su charla sobre la traducción institucional en la que nos contó cómo se trabaja para las grandes instituciones y qué hay que tener en cuenta para hacerlo bien. Pista: prestar mucha atención a las directrices de nuestro cliente (si prefiere mercadeo a marketing o emplear un anglicismo, aunque los más puristas se rasguen las vestiduras, pues eso hay que usar). Ponencias así animan a la fuerza, porque aunque siempre habrá clientes que paguen de aquella manera, las buenas —y buenísimas— tarifas existen.

Y como colofón, Clara Guelbenzu, Edna Santizo y Guillermo Pinilla compartieron mesa redonda en la que abordaron los avances y los retos futuros en interpretación de conferencias.

No está nada mal para un solo día, ¿eh? Pues al siguiente, hubo tres talleres muy distintos. Los dos primeros, paralelos, corrieron a cargo de Fernando Navarro y Rosa Llopis. Navarro dictó el suyo sobre la traducción e interpretación de la jerga de los médicos y Llopis nos endulzó con «El traductor entre fogones: la traducción de recetarios». Porque traducir gastronomía tiene miga, como explicaba ella misma en este artículo sobre la importancia de una buena traducción en el sector turístico y gastronómico.

Y ya como clausura de estos dos días intensos, ASATI trajo a Marián Amigueti, que nos habló de la marca personal para traductores e intérpretes. Ante algo que puede parecer muy poco concreto, nos ayudó a ver la importancia de destacar nuestro valor diferencial y comunicarlo con estrategia. ¿Con qué clientes trabajamos y con cuáles nos gustaría trabajar? ¿Qué fortalezas y debilidades nos vemos como profesionales? ¿Cómo les resolvemos la papeleta a los clientes? Solo conociéndonos a fondo podemos llegar a mejorar y cambiar también nuestro rumbo, si así lo queremos.

Tras estas jornadas variopintas y tan gratificantes, volví a casa con ganas de comerme el mundo, llena de ideas y con el corazón henchido de orgullo por nuestra profesión. Y sé de buena tinta que no soy la única, porque ASATI ha conseguido organizar algo muy muy especial. ¡Felicidades de nuevo por estos 20 años y que cumpláis muchos más!

PD.: Muchísimas gracias por la invitación, la organización y por el cariño de estos días. Desde Mapi a mi adorado Pinilla, pasando por Eva, Natalia, Jose, Núria, Sarah, Patri, Ana, Carles, Enrique, Sara, Amelia, Armando (gran charla, aunque casi perdiera el tren, jaja), Marián (por más cenas en las que casi tienen que echarnos) y tantísimos compañeros que me dejo y que espero sepan perdonarme. Ojalá podamos volver a vernos pronto.

End of the year… when you’re a freelancer

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As a freelancer, the end of the year can be a busy time as you wrap up projects and prepare for the new year. Here are a few things you can do to make the most of this time:

1️⃣ Review your projects and accomplishments: Take some time to reflect on your work over the past year. What projects were successful? What did you learn from any challenges you faced? This can help you set goals and priorities for the new year.

2️⃣ Update your portfolio: Use this time to showcase your best work by updating your portfolio with your most recent projects. This will help you attract new clients and opportunities in the coming year.

3️⃣ Plan for the new year: Use this time to set goals and create a plan for the upcoming year. Consider what projects you want to work on, what skills you want to develop, and how you aim to grow your business.

4️⃣ Network and market your services: The end of the year is a great time to reach out to potential clients and promote your services. Consider attending events, joining professional organizations, or reaching out to your network to let them know what you have been working on and what you can offer in the new year.

5️⃣ Take some time for yourself: It’s important to take care of yourself, especially during busy times. Make sure to take breaks and set aside time for relaxation and self-care.

Calendar page with the weeks from the 25th of December to the 6th of January blurred.

Pic by instachaaz (https://lnkd.in/d3VRaKpv)

Also, something that has helped me focus lately: declutter my desk. Believe me, it has been a real lifesaver.

And you? What do you usually do around this time?


Cómo plantear una subida de tarifas

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¿Año nuevo… tarifas nuevas? Pues todo es planteárselo y más con las nuevas cuotas de autónomo que están al caer. Cuesta hablar de temas económicos porque en esta profesión —que tendemos a romantizar, y yo la primera— parece que esté feo hablar de dinero. Sin ir más lejos, leía en LinkedIn hace un par de días a un compañero que decía que no era buena idea meterse en la rama X de la traducción pensando solo en el beneficio. No sé, a mí me encanta lo que hago, pero quiero ganar dinero con ello y que me salga lo más rentable posible. De hecho, me gusta mucho esta cita de Paul Freet: «A business is a repeatable process that makes money. Everything else is a hobby».

Sea como sea, si eres un (traductor) autónomo y quieres plantearles una subida de tarifas a tus clientes, hay varias cosas que debes tener en cuenta:

  1. Ten una justificación para la subida. Como profesionales que somos podemos decidir cambiar un precio cuando y cómo queramos, sí, pero una subida siempre entra mejor con una justificación. Por ejemplo, si has aumentado tus costes operativos por lo que sea o, sobre todo, has mejorado tus habilidades o servicios, es más fácil justificar una subida de tarifas.
  2. Comunícalo a tus clientes con anticipación. Dales tiempo para adaptarse a los cambios y plantearse si desean seguir trabajando contigo. Evita plantearlo en mitad de un proyecto o traducción en marcha. Puede pasar que nos demos cuenta de que hemos calculado mal y, de repente, no nos sale tanto a cuenta cierto proyecto ya empezado. Cualquier cambio de precio debe hacerse antes de cualquier colaboración.
  3. Ofrece opciones a tus clientes. Por ejemplo, puedes ofrecer un paquete de servicios a un precio más ajustado, tal vez para trabajos más pequeños.
  4. Explica a tus clientes cómo les beneficiará la subida. Por ejemplo, y en relación con el primer punto, si has mejorado tus habilidades o servicios, explícales cómo les puede beneficiará eso a ellos. Quizá ahora ofreces un servicio de transcripción porque dispones de un buen programa para ello y sabes que al cliente Z le puede ir bien.
  5. Considera la posibilidad de negociar. Si mantienes una buena relación con los clientes, es posible que puedas llegar a un acuerdo sobre una tarifa intermedia. No hace mucho, le planteé una subida a una agencia. No me la aceptaron a nivel general, pero conseguí que para traducciones de X palabras, el precio sí fuera superior.

Por regla general, es importante ser sinceros y transparentes con los clientes a la hora de plantear una subida de tarifas y tratar de llegar a un acuerdo que convenga a ambas partes (pero, sobre todo, que te convenga a ti). Y no te fustigues si te responden con una negativa. Si se oponen a esa subida o directamente te dicen que te enviarán menos trabajo (sí, tal cual), es buen momento de reevaluar tu trabajo con ese cliente. ¿Te interesa seguir trabajando con esas condiciones? ¿Puedes prescindir de ese cliente? Tal vez así tengas más tiempo para encontrar a otro mejor.

¿Cuándo es mejor plantear una subida de tarifas u honorarios?

No hay un momento específico que sea el «mejor» para subir tarifas. Cada situación es única y dependerá de tus circunstancias personales y profesionales. También entran en juego varios factores, como el mercado en el que te encuentras, tu nivel de experiencia y la situación financiera de tus clientes Algunos puntos que puedes tener en cuenta al decidir si es el momento adecuado para subir tus tarifas son:

  • Tu situación financiera: Si han aumentado tus costes o estás pasando por un período de gran demanda, es posible que necesites subir las tarifas para que tu negocio siga siendo rentable.
  • Tu experiencia y formación: Si has mejorado tus habilidades o adquirido nuevas certificaciones o credenciales, es un buen momento para comunicarlo y plantearlo.
  • La situación del mercado: Si hay una alta demanda por tus servicios o si tienes una posición de liderazgo en el sector (porque quizá tienes una combinación lingüística poco frecuente o una especialización única), es posible que puedas subir tus tarifas sin perder clientes.
  • Tu relación con los clientes: Si tienes una buena relación con tus clientes y les has brindado un buen servicio, es más probable que lo entiendan y estén dispuestos a aceptar la subida de tarifas.

Sobre todo, y como decíamos antes, es importante examinar las circunstancias y asegurarte de tener una justificación para subir las tarifas antes de proceder. Comunícalo a tus clientes con tiempo suficiente y ofréceles opciones para que la transición sea más fácil para ellos.

No quiero terminar sin dejar por aquí el recursazo de ASETRAD, CalPro, para calcular honorarios, contabilizar gastos, etc. Y también esta plantilla más sencilla de #TeamTranslator, que te permite calcular a cuánto deberías cobrar la hora, la palabra, etc., para tener X beneficios, vacaciones y disponer de días libres en caso de una baja, por ejemplo.

¿Cómo lo haces tú? ¿Qué has hecho en una situación así? Te leo en comentarios. ¡Hasta la próxima!

Juego en el trono

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Poco imaginaba yo que me tocaría traducir sobre excrementos, pero en plan lúdico. Algunos encargos son como un soplo de aire fresco y este, aunque parezca lo contrario, lo fue.

Me dio la oportunidad de jugar mucho con la lengua (con sinónimos e hipérboles; acertijos y juegos de palabras) y de trastear con programitas que usaba cuando impartía clases de inglés a niños pequeños (benditas páginas de recursos para profes, como las sopas de letras). 

Y qué maravilla fue desempolvar el diccionario para ver todas las formas de hablar de excrementos humanos. El DRAE, por ejemplo, incluye: aca, acatanca, alhorre, bojote, caca, cagada, cagajón, cagaluta, cagarruta, cámara, catalina, cerote, chichina, deyección, egestión, excremento, heces, jiña, majada, meconio, miércale, miércoles, miéchica, mierda, mojón, naco, ñaña, ñisca, pez, plasta, popó, privada, zulla o zurullo. Algunos términos más coloquiales no los recoge el DRAE, pero se usan con frecuencia también como chuzo, kea, ñeja o truño.

Además, he descubierto cosas como que las heces del uombat son cúbicas y que el primer cubículo de un baño suele ser el menos frecuentado y, por ende, el más limpio. Yo intento acordarme siempre ahora, por aquello de no ensuciarme mucho las posaderas. 

Sin embargo, el mundo escatológico es muy muy amplio. En este artículo ya os hablé un poco del tema, de hecho. Y como quiero sacarle todo el jugo posible (ya, una imagen un poco desafortunada, lo sé), aquí van algunas curiosidades más que no están en el librito, pero que pueden sernos útiles en algún momento como traductores.

Deyecciones animales

Si la deposición es animal, distinguimos:

boñigaganado vacuno y caballar

bostaganado vacuno y caballar
burrilganado bovino o caballar
cagarrutaganado menor
caninaperro
cagajónganado caballar
carajónganado cabrío
cuitaaves
estiércolcualquier animal
frezcualquier animal
gallinazagallina
guanoaves marinas
morceguilamurciélago
murcielaguinamurciélago
palominapaloma
sirleganado lanar y cabrío
tulliduraaves de rapiña

Otras palabras relacionadas con lo excrementicio

coprofagiaingestión de excrementos
coprofiliaatracción fetichista por los excrementos
coprolitoexcremento fósil
coprologíaestudio de los excrementos sólidos
descomerevacuar el vientre
escagarruciarsehacer de vientre involuntariamente
escatófiloinsecto que, como larva, se desarrolla entre excrementos
palominomancha de excremento en la ropa interior
pujogana continua o frecuente de defecar o de orinar, con gran dificultad de lograrlo y acompañada de dolores
tarzanitolo que cuelga cual liana tras una deposición
zurrapa, zurraspapalomino

En fin, ya veis que, al igual que en el caso del miembro viril, en el mundo de los excrementos también hay nombres mil.

Si os ha llamado la curiosidad el libro y tenéis alguna amistad de las que se pasa un buen rato en el baño con el móvil, ¿qué mejor que regalárselo para que desahogue… aprendiendo? 

El lenguaje de la noche

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Hace unos añitos, Dinio (famoso en España por mantener una relación sentimental con Marujita Díaz) dijo en unas declaraciones a la prensa rosa que «la noche me confunde» y la frase se quedó en el acervo lingüístico de muchos españoles. No es para menos, ¿se referiría a la etimología y a las distintas partes de la noche?

La palabra noche viene del latín noctem y este de la raíz indoeuropea (nekw-t), que encontramos en casi todos los idiomas indoeuropeos: ночь (notch, ruso), Nacht (alemán), νῡκτός (niktos, griego), niça (sánscrito); y fijémonos en los más cercanos: noite (gallego), nit (catalán); nueit (occitano), notte (italiano) o noapte (rumano).

¿Cuándo empieza la noche? ¿Solo es cuando se agota la luz del sol? ¿Por qué en castellano dura tanto la tarde, si en catalán, por ejemplo, está el vespre y el evening en inglés? Casi parece que, en general, la noche es para recogerse y dormir (sobre todo entre semana).

Sin embargo, la noche tiene lo suyo y ya los centinelas romanos dividían la noche en cuartos.

  1. prima
  2. modorra (que también es lo que te entra después de una comida copiosa en domingo antes de o durante la peli de Antena3)
  3. modorrilla
  4. alba

San Isidoro de Sevilla, polímata (sabio en varias disciplinas, vaya) del siglo VI, dividía la noche en siete partes:

  1. vesper
  2. crepusculum
  3. conticinium
  4. intempestum
  5. gallicinium
  6. matutinum
  7. diluculum

Alfonso de Palencia recogió en su Vocabulario universal en latín y en romance (Sevilla, 1490) las siguientes ocho partes de la noche:

  1. tarde (poniéndose el sol).
  2. crepúsculo (quando comiençan las tinieblas).
  3. concubio (quando los hombres duermen).
  4. noche intempesta (quando todos los animales profundamente reposan).
  5. conticinio (quando todas cosas parecen estar callando y adormidas).
  6. gallicinio (quando los gallos comienzan a cantar).
  7. dilúculo (quando más espesas vezes cantan anunciando la cercanía del alba).
  8. antelucano (quando ya el alba comienza a desparzir las tinieblas).

El castellano posee numerosas palabras para definir los diversos aspectos de la noche. De la división de San Isidoro se heredan muchas de las etimologías, así conticinio (parte de la noche en que todo está en silencio), galicinio (hora previa al alba en la que canta el gallo; ¿no os parece una palabra preciosa?), o dilúculo (la última de las partes). Por otro lado, de la división recogida por Alfonso de Palencia procede concubio, tiempo en que se recogen las gentes para dormir.

Siguiendo con la noche y sus curiosidades, leo en redes que, en muchos idiomas, noche es una derivación de N + 8. Es un caso de coincidencia fonética que no tiene ninguna base real (è ben trovato), pero para trolear al cuñado en Nochebuena…

  • Español: n + ocho = noche.
  • Portugués: n + oito = noite.
  • Italiano: n + otto = notte.
  • Francés: n + huit = nuit.
  • Inglés: n + eight = night.
  • Alemán: n + acht = nacht.

Bueno, después de todo esto, espero que la noche haya dejado de confundiros, como a Dinio. ¡Nos vemos a la próxima!

Fuentes:

Las ventajas de la continuidad en traducción

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Estas semanas estoy trabajando en el sexto volumen de una colección de libros infantiles y me ha dado por pensar en las ventajas de que una sola persona se ocupe de una saga de libros, de todos los episodios de una serie o de una colección de textos en general.

Algunos libros de la colección de Izzy y sus amigos, de Pamela Butchart con edición de Bindi Books.

En estos libros, por ejemplo, el narrador es uno de los personajes, una niña llamada Izzy, que junto a sus amigos se embarca siempre en misiones descabelladas porque les da por malinterpretar alguna situación en el colegio. La narración es fresca y desenfadada, y, de hecho, la narradora se expresa como lo haría una niña de esa edad: relatando casi sin pausas, repitiendo mucho los conectores de discurso, anteponiéndose ella cuando se enumeran los sujetos de una frase, etc.

Como traductora de todos estos libros, conozco bien a los personajes (cada uno tiene sus filias y fobias), sé cómo se expresan, recuerdo experiencias pasadas de otros libros que me ayudan a trabajar bien la trama y, sobre todo, entiendo y puedo aplicar bien el tono general de la narración

¿Qué otras ventajas tiene que una misma persona se ocupe de toda una saga (o de todos los episodios de una serie o de una misma serie de textos si hablamos de otras ramas de la traducción)? Hay varias razones, veámoslas:

  1. Coherencia lingüística: Al tener un solo traductor o traductora a lo largo de toda la serie, se asegura una mayor coherencia lingüística. El traductor está familiarizado con el estilo, la terminología y las peculiaridades del autor, lo que le permite mantener una voz consistente a lo largo de los libros. Esto es especialmente importante en series y sagas largas o con tramas complejas, donde la coherencia es fundamental para una experiencia de lectura satisfactoria.
  2. Consistencia de personajes y tramas: Al conocer la serie en su totalidad, el traductor puede mantener la coherencia en la caracterización de los personajes y el desarrollo de las tramas a lo largo de los libros. Esto implica una comprensión más profunda de los personajes y sus motivaciones, así como la capacidad de anticipar y mantener el suspense de manera efectiva.
  3. Mantenimiento de la visión del autor: El traductor que trabaja en toda la colección tiene una mejor comprensión de la visión y el estilo del autor. Esto le permite captar mejor los matices, el tono y la intención detrás de las palabras del autor, y transmitirlos de manera más fiel al público lector. La consistencia en la interpretación de la obra es esencial para mantener la integridad creativa y el mensaje del autor.
  4. Eficiencia y productividad: Al tener un traductor dedicado a los textos, se puede agilizar el proceso de traducción. El traductor ya está familiarizado con la terminología específica y las convenciones lingüísticas utilizadas en la saga, lo que reduce el tiempo de investigación y consulta. Además, al trabajar en esos mismos textos de forma continua, el traductor puede mantener un ritmo constante e incluso evitar posibles retrasos en la publicación de los libros.
  5. Retroalimentación y aprendizaje continuo: Al trabajar en una saga, el traductor tiene la oportunidad de recibir comentarios y retroalimentación de los lectores, editores y el propio autor (más infrecuente, pero no imposible) a medida que avanza en la traducción de los libros. Esto permite un aprendizaje continuo y una mejora constante en la calidad de la traducción, ya que el traductor puede aplicar los comentarios recibidos a los libros siguientes de la serie. Por ejemplo, en un primer libro de la saga infantil me di cuenta de que se me habían escapado un par de Zack en lugar de Zach. En los siguientes, sabía que era una posible metedura de pata y ahora el control de calidad es más rápido.

Algunas veces, es difícil tener a un mismo traductor para todo porque, como profesionales autónomos que somos, se nos pueden solapar los encargos o cambian las condiciones de algún proyecto, pero siempre que se pueda, soy una firme defensora de asignar siempre un mismo texto (y si me apuras, un mismo autor) a un traductor. En el caso de las agencias de traducción, por ejemplo, lo más habitual es que a un traductor se le asigne siempre un cliente determinado. El profesional se acaba familiarizando con los textos, entiende los conceptos, aplica bien la terminología y, al final, acaba sabiendo también qué espera exactamente el cliente.

En resumen, asignar a un mismo traductor toda una serie de libros (o textos, vaya) proporciona coherencia lingüística, consistencia en personajes y tramas, mantiene la visión del autor, mejora la eficiencia y permite un proceso de retroalimentación y aprendizaje continuo. Todo esto contribuye a una experiencia de lectura más satisfactoria para los lectores y al mantenimiento de la integridad creativa de la saga en cuestión.

Algunos apuntes rápidos para encontrar trabajo

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Como traductora siempre abierta a nuevos proyectos y trabajos (ya sabes, hay que estar con los ojos abiertos que el mundo cambia muy deprisa) y aprovechando las sesiones de preguntas y respuestas que suelo organizar en Instagram, hoy vengo con varias estrategias que podemos implementar para aumentar nuestras oportunidades laborales.

Vamos con algunas sugerencias:

  1. Mejora tu visibilidad en línea: Crea y actualiza tu perfil profesional en plataformas especializadas en traducción, como ProZ o TranslatorsCafe, y potencia tu LinkedIn (sé que algunas personas son reacias, pero a mí me parece una buena red, sobre todo para tener el CV en línea y ver lo que se cuece en el sector; esto da para artículo aparte). Asegúrate de incluir información relevante sobre tus habilidades, experiencia y especializaciones. También puedes hacerte un sitio web o un blog donde puedas enseñar muestras de tu trabajo y compartir información útil sobre la traducción. De primeras, no te hace falta un sitio web superpotente; trastea con las plantillas de WordPress, verás que puedes montarte algo sencillito en un solo día.
  2. Construye una red de contactos: Participa activamente en grupos y comunidades de traducción en línea y fuera de ella. Únete a asociaciones profesionales de traductores y asiste a eventos y conferencias para conocer a colegas y a potenciales clientes (de ahí que sea recomendable no ir solamente a congresos de traducción). La red de contactos puede generar oportunidades laborales y futuras referencias.
  3. Enfócate en tu especialización: Identifica tus áreas de especialización y explótalas. Es más probable que encuentres trabajos en tu(s) campo(s) de experiencia, ya que muchos clientes, sobre todo los directos, buscan traductores especializados en áreas concretas. Investiga y mantente actualizado/a en tu campo para ofrecer traducciones de calidad y demostrar tu experiencia.
  4. Contacta directamente con clientes potenciales: Investiga y hazte una lista de editoriales, agencias de traducción o empresas que podrían necesitar tus servicios. Envíales una carta de presentación personalizada (en el cuerpo mismo del correo electrónico) y tu currículum, destacando tus habilidades y experiencia más relevantes. También puedes ofrecer muestras de tu trabajo o enlaces a tu porfolio en línea (yo lo tengo puesto en el mismo CV para que se pueda acceder directamente mediante enlace). Te recomiendo que adaptes el CV para cada idioma y oferta concreta seleccionando lo más relevante para ese puesto en cuestión.
  5. Colabora con otros traductores: Establece relaciones de colaboración con otros traductores para trabajar en proyectos conjuntos. Esto te permitirá ampliar tu red de clientes potenciales y acceder a trabajos más grandes o complejos que requerirían la colaboración de varios traductores. Algunos compañeros se han montado una especie de sociedad o cooperativa, pero no es necesario ir tan lejos.
  6. Promociona tus servicios de forma proactiva: Utiliza las redes sociales y tu presencia en línea para promocionar tus servicios de traducción. Comparte publicaciones relevantes, interactúa con la comunidad y muestra tu experiencia y habilidades. También puedes ofrecer alguna promoción especial para atraer nuevos clientes. Como profesional autónomo, tú te lo guisas y tú te lo comes. No tengas miedo a autopromocionarte.
  7. Investiga agencias de traducción: Hay muchísimas agencias de traducción. Empezar con una agencia es relativamente más fácil que dar con un primer cliente directo. Explora la posibilidad de trabajar para agencias nacionales e internacionales contactando primero con aquellas que abordan tus áreas de experiencia (podrás verlo en su web) y envíales una solicitud de colaboración. Muchas anuncian las ofertas de empleo por LinkedIn e incluso a través de sus redes sociales (como Twitter). Aunque cuesta cuando se es novatillo o novatilla, piensa que las tarifas siempre se pueden negociar, así que no te cortes. Ah, y échale un vistazo al BlueBord de Proz o sitios similares para ver si hay algo relevante de esa agencia que debas conocer (condiciones de pago, trato, etc.).

Para más ideas sobre posibles clientes con los que empezar, no te pierdas este artículo del blog. Y para ver qué enviarles y cómo, tienes unos apuntes por aquí. Si lo que te interesa es la literaria, por aquí van unos consejos para empezar en traducción editorial.

La base de datos

Ah, y es importantísimo que lleves un buen control de las puertas a las que llamas. Crear una base de datos de (posibles) clientes puede ser muy útil para organizar la información sobre los CV y materiales que envías. Aquí tienes algunos pasos para hacerlo (son de cajón, lo sé, pero nunca está de más un repasillo):

  1. Elige una herramienta: Determina qué tipo de herramienta utilizarás para crear y gestionar tu base de datos. Puedes optar por una hoja de cálculo en Excel o Google Sheets, o utilizar un software especializado en gestión de clientes, como CRM (Customer Relationship Management) o programas de seguimiento de proyectos.
  2. Define los campos de información y créala: Decide qué campos de información serán necesarios para tu base de datos y disponlos en columnas. Algunos ejemplos pueden incluir el nombre del cliente, la empresa, el cargo, la dirección de correo electrónico, el teléfono, la fecha de envío del CV o materiales (¿les envías el CV general o el especializado? ¿Les has adjuntado un listado de traducciones o una muestra?), si te hacen una prueba de traducción, qué tipo de proyectos te envían (ya más adelante), entre otros. Personaliza las columnas según tus necesidades y añade columnas adicionales para comentarios o clasificaciones, si lo deseas.
  3. Introduce toda la información: A medida que envíes CV y materiales a los clientes, introduce los datos correspondientes en la base de datos (léase: no la tengas muerta de asco en el ordenador, ¡úsala!). Incluye la información relevante para cada cliente y proyecto. Si es posible, guarda una copia de los CV y materiales en una carpeta específica o vincula los archivos correspondientes en tu base de datos.
  4. Mantén la base de datos actualizada: A medida que surjan cambios en la información de tus clientes o proyectos, haz las actualizaciones correspondientes, esto te permitirá tener un registro preciso y actualizado de tus envíos y comunicaciones. ¿Te han dicho que te responderían en breve y ya han pasado tres meses? Vuelve a escribir. ¿Has cursado un posgrado o te has sacado alguna titulación nueva? Aprovecha para darle un toque a ese cliente para quien creas que puede ser una información valiosa. Si lo tienes todo registrado, te será más fácil organizarte y, por ende, comunicarte de modo más eficaz.
  5. Utiliza etiquetas o categorías: Si tienes una gran cantidad de clientes o proyectos, puedes utilizar etiquetas o categorías para clasificar y organizar tu base de datos. Por ejemplo, puedes etiquetar los clientes según su área de especialización o el tipo de proyecto que has enviado.
  6. Lleva un seguimiento: Utiliza tu base de datos como una herramienta de seguimiento de los clientes a los que has enviado CV o los varios materiales y anota las fechas de seguimiento o cualquier respuesta que hayas recibido. Esto te ayudará a mantener un historial y a gestionar eficientemente tus relaciones con los clientes.

El porfolio

«¿Y eso que decías del porfolio?». Podemos ir apuntando los encargos en los que vamos trabajando, sobre todo al principio, si queremos demostrar nuestra experiencia y enseñárselo a un posible cliente interesado. Podemos incluir lo siguiente:

El correo

Lo he dejado para el final, pero es importantísimo que nos sepamos comunicar para que el posible cliente esté interesado en descargarse ese CV que con tanto esmero hemos redactado. ¿Cómo escribir un correo eficiente? Aquí va:

Por último, recuerda que la constancia y la paciencia son clave en la búsqueda de nuevos trabajos, y la traducción no es ninguna excepción. Ten una actitud proactiva, sigue aprendiendo y mejorando tus habilidades y no dudes en buscar oportunidades y contactos que puedan abrirte puertas.

¡Te deseo mucho éxito!

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